La tensión en el Estrecho de Taiwán sigue creciendo. Con disparos de bengalas y artillería, Taiwán responde a las maniobras militares de China. Lanza unos ejercicios con fuego real con el propósito anunciado de defenderse ante una posible invasión.
A su vez, el gigante asiático ha prolongado por sexto día consecutivo las maniobras militares que lleva a cabo. Una medida adoptada en respuesta a la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, a Taipéi.
Unos ejercicios que, según el jefe de la Diplomacia taiwanesa, son una previa a la invasión. La Cancillería china, sin embargo, rechaza estas afirmaciones.
El vocero del Ministerio chino de Relaciones Exteriores defendió una vez más el principio de una sola China, y sostuvo que todos los esfuerzos por lograr la independencia de Taiwán están destinados al fracaso.
La visita de Pelosi a Taiwán, pese a las advertencias de Pekín, hizo sonar los tambores de guerra en la Isla. China rechaza cualquier intromisión en sus asuntos internos y refuta las relaciones y el apoyo de EE.UU. a las fuerzas independentista taiwanesas.
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