El pasado 29 de abril, China lanzó el primer módulo de su futura estación espacial, Tianhe (‘Armonía celeste’), con el cohete Larga Marcha 5B, de 23 toneladas de peso y 10 pisos de altura. El primer piso de esta potente lanzadera está regresando a la Tierra sin que se sepa dónde ni cuándo impactará.
Varios expertos señalan que el cohete chino entraña poco peligro y las posibilidades de que impacte en una zona poblada son mínimas. Sin embargo, el diario South China Morning Post, en un artículo publicado este sábado, ha advertido de que el regreso del cohete a la Tierra, posiblemente tan pronto como este fin de semana, según algunas estimaciones, “marca un nuevo escenario para las acusaciones entre China y EE.UU. mientras ambos países extienden su presencia en el espacio”.
Refiriéndose a un anuncio del Ejército estadounidense en el que aseguraba que está monitoreando de cerca la trayectoria de los restos del cohete Larga Marcha 5B, el periódico hace notar que Washington ve en ese aparato espacial una “amenaza”.
Si bien se espera que la mayoría de los escombros se quemen en la atmósfera, Estados Unidos reclama que algunos componentes podrían sobrevivir y caer sobre un área poblada, “aunque se estima que las posibilidades de eso son menores que las de ganar la lotería”, agrega el periódico.
Our latest prediction for CZ-5B rocket body reentry is:
— The Aerospace Corporation (@AerospaceCorp) May 6, 2021
🚀09 May 2021 03:43 UTC ± 16 hours
Reentry will be along one of the ground tracks shown here. It is still too early to determine a meaningful debris footprint. Follow this page for updates: https://t.co/p2AU9zE3y2 pic.twitter.com/MgzRAOTJnk
Entretanto, un reciente estudio del Instituto de Ingeniería de Sistemas de Naves Espaciales de China avisa que el rápido crecimiento de los desechos espaciales (basuras espaciales) en órbita es alarmante y empeorará las tensiones entre Pekín y Washington, mientras que ambos países tienen planes para expandir masivamente sus programas espaciales en los próximos años.
De hecho, conforme al estudio, se lanzarán decenas de miles de satélites desde la Tierra a la Luna y la órbita geoestacionaria estará tan abarrotada para el año 2033 que agregar más satélites puede desencadenar desastrosas colisiones en cadena.
Ante tal situación, los desechos espaciales “podrían convertirse en un tema político tan importante como el cambio climático” y las tensiones entre Estados Unidos y China “aumentará inevitablemente”, plantea el artículo.
nkh/ncl/mkh