Es la cruda inestabilidad laboral que impera en Chile, intensificada por la crisis financiera de la Universidad de La Frontera, cuyo precio lo pagan los trabajadores; difícilmente, los altos cargos implicados.
Otra arista de gravedad en esta crisis la constituye el verdadero monto del déficit, bajo secretismo.
Muchas familias no podrán celebrar las fiestas de fin de año.
La experiencia de organizaciones de trabajadores, podría dar algunas soluciones para los afectados.
El déficit de los 40 millones de dólares podría transformarse en un forado superior, ya que con el hermetismo imperante en esta crisis impide que se precise el monto mal habido en esta emblemática universidad pública chilena, gerenciada desde el modelo neoliberal.
Manuel Arismendi, Temuco
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