“Asesíneme como lo hicieron con el presidente, o dejen que la investigación llegue a su fin”, increpó el viernes Joseph durante una rueda de prensa celebrada en Puerto Príncipe, la capital de Haití.
Asimismo, detalló que los asesinos de Moise pensaron que, tras su homicidio, podrían obligar al resto del Ejecutivo a renunciar y a huir del país, sin embargo, señaló, los miembros del Gobierno siguen investigando para hallar a todos los autores del magnicidio.
Conforme a lo declarado por el primer ministro haitiano, el funeral de Moise tendrá lugar el 23 de julio en la ciudad de Cap-Haitien.
Por su parte, el director general de la Policía haitiana, Léon Charles, informó la misma jornada que algunos agentes de la policía están bajo “medidas preventivas” porque estaban presentes en la residencia del presidente la noche de autos, aunque enfatizó que los principales sospechosos son los colombianos y los estadounidenses.
El pasado 7 de junio, un grupo de hombres armados atacó la residencia privada del mandatario haitiano, ubicada en el barrio de Pelerin de Puerto Príncipe.
Según la Policía haitiana, el magnicidio de Moise lo perpetró un comando de 28 personas, de las cuales 26 son de nacionalidad colombiana y otras dos son estadounidenses de origen haitiano.
Haití, la primera república negra libre del mundo, ahora se enfrenta a una crisis política execrable. De hecho, existe un vacío total de poder en el país caribeño: no había Poder Judicial ni Legislativo en Haití, y ahora, hay divergencias sobre el Poder Ejecutivo.
mgh/anz/hnb