Por: Maryam Qarehgozlou
Con la caída del gobierno de Bashar al-Asad, el régimen israelí ha intensificado su agresión contra Siria, iniciando una apropiación ilegal de tierras más allá de los altos del Golán ocupados, en lo que se considera un componente del denominado proyecto de “Gran Israel”.
En un giro dramático de los acontecimientos, grupos militantes tomaron Damasco, la capital de Siria, el domingo, menos de dos semanas después de haber comenzado su ofensiva en Alepo, poniendo fin al mandato de dos décadas de Bashar al-Asad.
Inmediatamente después de que los militantes afiliados a Hayat Tahrir al-Sham invadieran Damasco, Israel lanzó una ráfaga de ataques aéreos en Siria, incluyendo Damasco, Homs, Tartus, Latakia y Palmira.
Los medios israelíes lo calificaron como “uno de los mayores ataques aéreos” en la historia de la fuerza aérea del régimen, destruyendo hasta el 80 por ciento de las capacidades militares de Siria.
El miércoles, el ejército israelí afirmó haber realizado aproximadamente 480 ataques a objetivos militares en Siria en las últimas 48 horas, incluyendo 15 barcos de guerra, baterías antiaéreas y sitios de producción de armas en varias ciudades, para evitar “almacenamientos de armas estratégicas”.
Un día antes, el ejército israelí había atacado tres aeropuertos principales de Siria, en Qamishli, al norte del país, Homs, la tercera ciudad más grande de Siria, y el aeropuerto de Mezzeh en Damasco.
Según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), los ataques israelíes en la gobernación de Daraa, en el suroeste de Siria, mataron al menos a dos civiles.
El bombardeo aéreo coincidió con los intentos del ejército israelí de ocupar ilegalmente más territorio sirio, más allá de los ya ocupados altos del Golán, invadiendo la zona de amortiguamiento del Golán.
Según los observadores, esto marca la incursión más audaz del régimen israelí en territorio sirio desde la guerra árabe-israelí de 1973, con el régimen moviendo “hombres y material” hacia la zona de amortiguamiento.
“Necesitamos ver un alto a los ataques israelíes”, dijo el enviado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Siria, Geir Pedersen. “Es sumamente importante que no veamos ninguna acción de ningún actor internacional que destruya la posibilidad de que se lleve a cabo esta transformación en Siria”, indicó.
Revival del plan de “Gran Israel”
La incursión del ejército israelí en la zona de amortiguamiento de los altos del Golán, una zona desmilitarizada oficialmente designada como parte de un acuerdo de alto el fuego mediado por la ONU en 1974 entre el régimen y Siria, ha ocurrido bajo el pretexto de los bombardeos que el régimen ha llevado a cabo desde la caída del gobierno de Al-Asad.
Las fuerzas de seguridad sirias informaron que los tanques israelíes avanzaron desde los altos del Golán hacia Qatana, 10 km (seis millas) en territorio sirio y cerca de la capital, un movimiento que muchos países de la región condenaron como un “desarrollo peligroso” y una “flagrante violación del derecho internacional”.
En una conferencia de prensa el lunes, rebosante de alegría, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó que los altos del Golán serán parte del régimen israelí “por siempre”, apuntando a las ambiciones expansionistas de Tel Aviv para avanzar en su proyecto colonial de asentamientos.
Los analistas lo ven como una manifestación de su agenda de “Gran Israel”, que busca expandir la entidad ilegítima para abarcar territorios que se cree forman parte de su supuesta tierra bíblica histórica.
El concepto de “Gran Israel” ha evolucionado con el tiempo y tiene significados diferentes para distintos grupos.
Para algunos, incluye los territorios palestinos ocupados y los altos del Golán, mientras que otros, como el fundador del sionismo, Theodore Herzl, envisionan un “Estado Judío” que se extienda “desde el arroyo de Egipto hasta el Éufrates”, abarcando partes del Líbano, Siria, Jordania, Irak, Turquía, Egipto y Arabia Saudí.
El genocidio israelí en Gaza, que ha cobrado casi 44 800 vidas palestinas en 432 días, y las declaraciones emitidas por funcionarios israelíes desde octubre del año pasado, se alinean con la agenda expansionista del régimen, elevando las tensiones en Asia Occidental.
Desde el 7 de octubre de 2023, muchos soldados israelíes, figuras mediáticas y políticos han expresado abiertamente su intención de expulsar a la población de Gaza, de 2,3 millones de personas, y tomar control de la región para construir asentamientos judíos.
Tras las recientes elecciones en EE.UU., en las que Donald Trump resultó ganador, ha aumentado la especulación de que el régimen israelí busca expandir significativamente su construcción de asentamientos ilegales en Cisjordania ocupada, como lo evidencian los nombramientos del nuevo presidente estadounidense.
En Gaza, muchos soldados israelíes han mostrado las ambiciones expansionistas de su régimen al llevar parches en sus uniformes que muestran mapas del régimen israelí extendiéndose a varios países regionales, incluidos Siria e Irak.
Estos parches, que a menudo presentan la bandera israelí superpuesta sobre un mapa de la región con fronteras redibujadas, simbolizan el deseo de conquistar tierras árabes más allá de los actuales límites de los territorios palestinos ocupados por Israel.
En un reciente documental titulado “Israel: Extremistas en el poder”, publicado en octubre, el ministro israelí Bezalel Smotrich reveló su deseo no solo de conquistar todos los territorios palestinos hasta el río Jordán, sino también de extender las llamadas “fronteras” de Israel hasta incluir Damasco.
Smotrich también expresó su ambición de anexionar territorios que lleguen hasta Irak y Arabia Saudí.
La reciente ofensiva militar israelí en Líbano, que comenzó a finales de septiembre y concluyó con un alto el fuego el 27 de noviembre, también se creyó que formaba parte de la estrategia expansiva más amplia del régimen sionista. Sin embargo, terminó en un desastre para el régimen de ocupación.
En otro movimiento provocador, el Movimiento por el Asentamiento en el sur del Líbano publicó un mapa el 25 de septiembre que presentaba “nuevos nombres hebreos” para los asentamientos en la región.
El mapa renombraba pueblos y aldeas libanesas en el sur del Líbano, un intento descarado de afirmar la supremacía israelí sobre el área.
Al mismo tiempo, el periódico israelí Jerusalem Post se vio envuelto en una controversia después de publicar —y rápidamente retirar— un artículo que cuestionaba si Líbano y partes de otros países en Asia Occidental estaban incluidos en la “tierra prometida” bíblica de Israel.
En el artículo publicado el 25 de septiembre, que coincidió con el asalto israelí a Líbano, el autor Mark Fish sugirió que el territorio prometido a los “hijos de Israel” se extiende más allá de la “Israel moderna” y abarca Cisjordania, Gaza y partes de Líbano, Siria, Jordania, Irak y Turquía.
Sin embargo, a pesar del agresivo avance de Israel en el sur del Líbano, su plan expansionista fue frustrado, en gran parte debido a la formidable resistencia del movimiento de Hezbolá en Líbano, que obligó al régimen a buscar un alto el fuego.
Tras los intentos fallidos de Israel de expandir su ocupación en Líbano, el régimen ha cambiado su enfoque hacia Siria, capitalizando la volátil situación en el país árabe devastado por la guerra.
Esta nueva estrategia se evidenció con el reciente movimiento de las fuerzas terrestres israelíes que cruzaron a territorio sirio por primera vez desde la Guerra Árabe-Israelí de 1973.
¿Qué es los altos del Golán?
Los altos del Golán, una meseta rocosa que abarca aproximadamente 1,800 km² (700 millas cuadradas), ha sido una fuente constante de tensión y conflicto en el Levante, ocupada por el régimen israelí.
Situada en la región suroeste de Siria, el área se encuentra aproximadamente a 60 km (40 millas) al sur de la capital siria, Damasco, y tiene una gran importancia estratégica.
Los altos del Golán, enclavados entre colinas onduladas, cuentan con un paisaje rico y fértil. Su suelo volcánico, reconocido por sus propiedades nutritivas, cultiva una abundancia de huertos, produciendo una variedad de frutas como manzanas y cerezas.
La zona también alberga fuentes de agua críticas que contribuyen significativamente al sistema del río Jordán. Entre estos recursos vitales se encuentra el río Hasbani, que se origina en el Líbano y atraviesa la región del Golán antes de unirse al río Jordán.
Estas vías fluviales son esenciales para la salud ecológica y la seguridad hídrica de la región.
Este territorio estratégico ha estado ocupado por Israel desde la Guerra de los Seis Días de 1967, lo que ha generado disputas continuas sobre la soberanía y frecuentes enfrentamientos entre las fuerzas israelíes y sirias.
La instalación de asentamientos ilegales israelíes en la región comenzó rápidamente tras la ocupación militar, con más de 30 asentamientos existentes actualmente, que albergan a más de 25 000 colonos.
Estos asentamientos, considerados ilegales bajo el derecho internacional, han sido un punto de conflicto en la región, con el régimen ocupante negándose a abandonar la tierra ocupada a sus verdaderos dueños.
En la Guerra Árabe-Israelí de 1973, Siria lanzó una operación para recuperar los altos del Golán del control israelí. Sin embargo, fue infructuosa y Israel mantuvo su control sobre el territorio ocupado.
En 1974, las Naciones Unidas facilitaron una paz frágil entre Israel y Siria. Ambas partes acordaron un alto el fuego, lo que llevó al despliegue de fuerzas de mantenimiento de la paz de la ONU en la región ocupada del Golán.
Tras el alto el fuego de 1974, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) formó Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la Separación (FNUOS) para ayudar a preservar el alto el fuego y supervisar la creación de una zona de amortiguamiento dentro de la región de los altos del Golán.
Hasta abril, 1274 personas de la ONU han sido desplegadas en la zona en un esfuerzo continuo para mantener la estabilidad y monitorear la implementación del alto el fuego.
En 1981, en un movimiento controvertido, Israel se apoderó ilegalmente de los altos del Golán. La decisión de reclamar unilateralmente la soberanía fue recibida con una amplia oposición y condena internacional.
Estados Unidos es el único país que reconoce formalmente la ocupación ilegal de los altos del Golán por parte de Israel, mientras que la comunidad internacional la rechaza unánimemente, considerando la región como territorio sirio bajo ocupación israelí.
Las Naciones Unidas también reconocen la región como parte de Siria.
En 1981, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó una resolución unánime denunciando la ocupación israelí de los altos del Golán, declarando explícitamente que era “nula y sin efecto legal internacional”.
En 2019, Estados Unidos, bajo la presidencia de Trump, se desvió significativamente del consenso internacional al reconocer oficialmente la soberanía israelí sobre los altos del Golán ocupados.
Antes de los recientes desarrollos en Siria, el régimen israelí ejercía control sobre aproximadamente 1,200 km² (463 millas cuadradas) de los altos del Golán ocupados en su parte occidental.
Reacciones al avance israelí en los altos del Golán
Tras el derrocamiento del gobierno de Al-Asad, Netanyahu afirmó que había ordenado a las fuerzas israelíes apoderarse de la zona de amortiguamiento en los altos del Golán ocupados, anunciando la disolución unilateral del acuerdo de alto el fuego de 1974 con Siria.
Netanyahu alegó que la incursión era necesaria debido al abandono de puestos por parte de las tropas sirias.
Sin embargo, Irán, Catar, Jordania, Irak, Turquía y Arabia Saudí condenaron la ocupación ilegal de tierras por parte del régimen israelí.
Esmail Baghaei, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, dijo que la incursión israelí en la zona de amortiguamiento de los altos del Golán fue “una flagrante violación de la carta de las Naciones Unidas”.
“Exigimos una respuesta inmediata del Consejo de Seguridad de la ONU para detener la agresión y hacer responsable al régimen ocupante”, afirmó en un comunicado el martes.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Catar señaló que Doha considera la incursión israelí “un desarrollo peligroso y un ataque flagrante a la soberanía y unidad de Siria, así como una violación flagrante del derecho internacional”.
Bagdad repitió la crítica, diciendo que Israel ha cometido una “grave violación del derecho internacional”.
Irak subrayó “la importancia de mantener la soberanía e integridad de Siria y hace un llamado al Consejo de Seguridad de la ONU para que asuma su responsabilidad, condene esta agresión... y ponga fin a la misma”, se leía en un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irak.
Arabia Saudita condenó los movimientos israelíes el lunes, diciendo que confirman “la continua violación por parte de Israel de las reglas del derecho internacional y su determinación de sabotear las posibilidades de Siria de restaurar su seguridad, estabilidad e integridad territorial”.
El portavoz del secretario general de la ONU, Stephane Dujarric, también criticó la medida, diciendo que constituye “una violación” del acuerdo de 1974 entre Israel y Siria.
El Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) criticó a Israel por “ocupar más tierras en los altos del Golán” y por “golpear y destruir las capacidades defensivas del estado sirio”.
“Mientras afirmamos nuestro apoyo a Siria y su pueblo, subrayamos la necesidad de preservar la unidad de Siria”, señaló el comunicado del movimiento de Resistencia libanés.
Texto recogido de un artículo publicado en Press TV.