Si hay un villano en esta película seguro sería él, el ministro de Economía Fernando Haddad, quien lleva adelante una gestión muy proactiva, el problema es que las medidas que promueve no son recibidas con agrado ni por el mercado ni por los sectores populares, una verdadera encrucijada.
En la última semana el gobierno se vio obligado a echar para atrás una disposición con la que proyectaba fiscalizar transacciones económicas de personas particulares que superaran los 900 dólares mensuales, bajo una herramienta conocida como PIX.
El joven diputado bolsonarista Nikolas Ferreira no desaprovechó la oportunidad y denunció que la medida afectaría a trabajadores sin grandes ingresos. El algoritmo tampoco perdió la oportunidad y las visitas a su publicación casi alcanzan los 300 millones.
El gobierno denunció utilización de fake news, pero al mismo tiempo retiró la medida bajo el temor de un estallido social.
Esto por supuesto lo sabe Lula, quien adicionalmente quien insta a dar los debates necesarios para evitar que la población caiga en el peligroso y efectivo truco de la información manipulada
Atención porque por las razones que fueran, Lula enfrenta una situación inédita en el ejercicio de la presidencia, tener más rechazo que aceptación en el seno de su pueblo.
Andrés Sal.lari, HispanTV, Sao Paulo
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