Publicada: sábado, 18 de enero de 2025 9:26

La entrevista del de Pezeshkian en ‘NBC’ antes de la toma de posesión de Trump mostró la postura de Irán sobre dialogar con su administración.

Por: Xavier Villar

La entrevista del presidente iraní, Masud Pezeshkian, con la cadena NBC fue emitida en horario de máxima audiencia. Se trató de una conversación clave, transmitida apenas días antes de la toma de posesión de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. En ella, quedó expuesta de manera clara y pública la postura del gobierno iraní sobre la posibilidad de dialogar con la segunda administración Trump, dejando patente la posición de Teherán frente a los recientes acontecimientos.

La entrevista comenzó con el presidente iraní rememorando que, desde la fundación de la República Islámica, Estados Unidos ha tenido como uno de sus objetivos prioritarios en política exterior el cambio de sistema en Teherán. En este contexto, el profesor de teoría de las relaciones internacionales Ruholá Ramazani señala que “para Irán, el pasado siempre está presente”. Según Ramazani, la combinación paradójica entre el orgullo por la rica cultura iraní y un profundo sentido de victimización ha dado lugar a un marcado espíritu de independencia, acompañado de una cultura de resistencia frente a cualquier intento de dominación por parte de potencias extranjeras.

A continuación, el entrevistador planteó la posible vuelta de Donald Trump a la Casa Blanca y, con ella, el debate sobre si negociar o no con su eventual administración. Cabe recordar que tanto el actual gobierno de Irán como otras autoridades de la República Islámica nunca han descartado el diálogo diplomático con Occidente, siempre y cuando este se lleve a cabo sin presiones externas y respete las líneas rojas iraníes en cuanto a su política interior y exterior.

En su conversación con NBC, Masud Pezeshkian fue tajante al responder a una pregunta directa del presentador:
“Irán, basándose en principios, está listo para dialogar con un segundo gobierno de Trump”.

El presidente aprovechó además para recordar los compromisos incumplidos por Estados Unidos en el pasado, así como los intentos de Washington por derrocar al gobierno iraní. Más allá de expresar la disposición de Irán a negociar desde una posición de igualdad, Pezeshkian envió un mensaje claro a la administración estadounidense: abandonar la política de “cambio de sistema” y sentarse a dialogar desde el respeto mutuo, no desde la imposición.

Pezeshkian subrayó que la negociación debe desarrollarse dentro de un marco claro, que implique el cumplimiento de los compromisos adquiridos y el respeto mutuo, y que debe ser una voluntad compartida por ambas partes. “Nuestro problema no radica en el diálogo. El problema está en los compromisos derivados de las negociaciones, los cuales deben ser respetados. Cuando Irán dialogó con las grandes potencias sobre su programa nuclear, cumplimos con todos los compromisos asumidos, pero, lamentablemente, fue la otra parte la que no cumplió con sus promesas”, afirmó. En este sentido, expresó sus reservas: “Tenemos dudas de que, por más que entremos en negociaciones, ellos estén buscando derrocar al gobierno iraní en lugar de resolver los problemas”.

Parte del problema de Irán con Occidente, y especialmente con Estados Unidos, radica en la falta de compromiso previamente mencionada. En este contexto, la ruptura del acuerdo nuclear (JCPOA, por sus siglas en inglés), firmado en 2015 y ratificado por Irán, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia, China, Alemania y la Unión Europea, es vista desde Teherán como una evidencia de la falta de honestidad y compromiso por parte de Occidente en sus negociaciones con la República Islámica. El abandono unilateral de este acuerdo por parte de Washington, como se ha señalado, refuerza esta percepción.

A pesar de las experiencias previas, el gobierno de Pezeshkian se comprometió durante su campaña electoral a intentar negociar un nuevo acuerdo nuclear con Occidente, con el objetivo principal de levantar las sanciones económicas que asfixian al país.

En lo que respecta a las sanciones, se espera que la administración Trump retome su estrategia de “máxima presión” contra Teherán, un enfoque que dificultaría aún más cualquier intento de alcanzar un acuerdo diplomático.

En relación con la posibilidad de una escalada militar en la región, el presidente iraní subrayó que Irán no tiene la intención de ser una amenaza. Al ser interrogado sobre un posible ataque a sus instalaciones nucleares, Pezeshkian fue tajante: “Irán no busca la guerra, pero, en caso de un ataque a nuestras instalaciones nucleares, estamos preparados para defendernos. Naturalmente, responderemos a cualquier acción en nuestra contra”.

“No tememos a la guerra”, afirmó el presidente, “pero no la buscamos. Espero sinceramente que esto no ocurra, porque sería perjudicial para todos los actores, no solo para nosotros”. Esta voluntad de evitar un conflicto generalizado se basa en la política de “buena vecindad”, que promueve relaciones normales y pacíficas entre las naciones que comparten un mismo espacio regional. Esta estrategia fue implementada por primera vez durante el mandato del fallecido presidente Raisi.

En cuanto a la situación en la región, el presidente señaló que son las políticas de Israel las que, según él, están “inundando la región de muerte y destrucción”.

Otra de las cuestiones clave de la entrevista surgió cuando Lester Holt, presentador de NBC, preguntó a Pezeshkian si consideraba que la posición de Irán se había visto debilitada tras la caída de Al-Asad en Siria y lo que describió como el “debilitamiento de Hezbolá”. El presidente respondió que no existía ninguna relación entre esos hechos y un posible debilitamiento de la República Islámica, y añadió que, desde su perspectiva, el país estaba “mucho más unido que antes”.

Por último, interrogado sobre la situación de los derechos humanos en el país, Pezeshkian aseguró que su gobierno está adoptando medidas concretas, como promover el reconocimiento de las diversas minorías étnicas que conviven en Irán.

La entrevista también pone de manifiesto que el gobierno de Masud Pezeshkian tiene la voluntad de negociar y alcanzar posibles acuerdos con Occidente, y en particular con Estados Unidos, siempre que estas negociaciones no impliquen renunciar a lo que podría considerarse los principios fundamentales de la seguridad ontológica de la República Islámica. Es decir, la sensación de orden, seguridad y continuidad interna de la identidad de un individuo o agente, en este caso Irán, en un entorno de cambio constante.