En los últimos meses es frecuente observar a Lula satisfecho por los resultados económicos de su gestión.
Sólo la industria automovilística anunció inversiones por 129 billones de reales lo que no sucedía hace más de 40 años en este país.
Brasil ostenta el mejor registro de inversión extranjera desde 2012 a la fecha. Con una cifra de 9600 millones de dólares informada por el Banco Central, resulta un aumento del 30 por ciento iteranual. Para la consolidación de este aumento el profesor Euzébio Jorge identifica diversos factores, el primero geopolítico.
En segundo plano destaca la estabilidad económica y monetaria.
Y en tercer lugar valora un panorama político interno en el que si bien persiste un escenario de polarización, está se observa mucho más atenuada que durante el gobierno de Bolsonaro.
Un dilema ineludible es tratar de identificar si las buenas noticias de la macroeconomía alcanzan a transformarse en buenas noticias para las mayorías.
Lo que podemos observar durante nuestras coberturas periodísticas aquí en Brasil es que hay una especie de crisis de narrativa entre los excelentes números de la macroeconomía y cierto y evidente descontento social. Durante lo que le queda al gobierno de Lula este tendrá que ver si logra construir un equilibrio entre las políticas de austeridad y un mejoramiento en los índices de desigualdad social.
Andrés Sal.lari, Sao Paulo
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