La vacuna creada por el laboratorio chino Sinovac, Coronavac, arribó el lunes a la ciudad brasileña de Sao Paulo, donde casi 900 voluntarios, todos miembros del personal sanitario, han comenzado este martes a experimentar con ella en el Hospital de las Clínicas.
Las pruebas, en fase 3 –última etapa antes de que sea homologada–, forman parte de un convenio entre el laboratorio chino Sinovac Biotech y el prestigioso Instituto Butantan.
El gobernador de Sao Paulo, João Doria, en una conferencia de prensa, ha informado que, “si tiene éxito, como esperamos tener, la vacuna será producida en el Instituto Butantan a comienzos del próximo año con más de 120 millones de dosis”.
“Podemos tener en Brasil la primera vacuna en ser usada en masa y esa perspectiva (...) es muy, muy favorable. Estamos en medio de una epidemia, tenemos muchos casos y es un escenario ideal para testar esta vacuna”, ha enfatizado el director del Instituto Butantan, Dimas Covas.
Las vacunas han sido distribuidas en doce centros de seis estados de Brasil, a saber: Sao Paulo, Minas Gerais, Paraná, Río Grande do Sul, Río de Janeiro y el Distrito Federal. Los investigadores analizarán a los voluntarios en consultas agendadas cada dos semanas y se espera obtener resultados en “hasta 90 días”, explicó Doria.
Brasil sigue siendo el segundo país más azotado por el coronavirus en el mundo tras EE.UU. Hasta el domingo, el gigante sudamericano sumaba cerca de 80 500 fallecidos y 2 129 053 contagiados.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, que ha sido criticado en reiteradas ocasiones tanto por el pueblo como por las autoridades de su país por cómo está gestionando la pandemia del coronavirus, a pesar de haber dado positivo en el test de la COVID-19, sigue menospreciando la crisis sanitaria.
Ante la negligente gestión de Bolsonaro, miles de brasileños han salido a las calles para exigir su renuncia, gritando: “Fuera, Bolsonaro, tu gripecita ya mató a miles” de personas.
nsr/anz/mjs/mkh