Las últimas estadísticas oficiales muestran que la pandemia empeora cada día en Brasil. Con 24180 casos confirmados, Brasil acapara este lunes 18 de mayo la cuarta posición mundial, por detrás de Estados Unidos, Rusia y el Reino Unido.
Ante este panorama, el Gobierno del presidente Jair Bolsonaro tiene dificultades para proveer material sanitario y garantizar la atención médica a los cada día más numerosos infectados. Los hospitales ya han empezado a saturarse.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que el explosivo avance de la enfermedad en países como Brasil y Estados Unidos se debe a que las autoridades se negaron a tomar medidas de precaución, por temor a daños a la economía.
Lo peor, es que estos mismos gobiernos insisten en que las medidas restrictivas son innecesarias y más dañinas que beneficiosas.
La incapacidad de atajar la pandemia ha golpeado duramente a la popularidad del presidente Bolsonaro. Una encuesta reciente mostró que el 43 % de los brasileños pensaba que estaba haciendo un trabajo “malo o terrible”, frente al 31 % en enero.
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