Casi al finalizar la administración del Gobierno de Luis Arce, los bolivianos han sentido la escasez de dólares, la carencia de hidrocarburos y la subida de precios de algunos productos de la canasta familiar.
Recientemente el FMI ha sugerido la devaluación del boliviano como una estrategia para estabilizar la economía. Sin embargo, el gobierno se ha opuesto a esta propuesta.
El ministro de economía, si bien destacó la implementación de políticas orientadas a fortalecer sectores clave como la industria, la agricultura y la minería, algunos sectores sostienen que no han experimentado mejoras significativas en sus actividades.
De acuerdo a las recomendaciones de organismos internacionales, como el FMI, BM, o el Banco Interamericano de Desarrollo, sugirieron ajustes fiscales.
El 17 de agosto del presente, los bolivianos elegirán a un nuevo presidente, con la esperanza de que el nuevo mandatario pueda solucionar sus demandas y la estabilidad económica del país andino.
Sdenka Saavedra, HispanTV, La Paz
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