El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, que se encuentra de visita oficial en República Dominicana, supervisó la incautación del avión que se encontraba estacionado desde 2024 en un hangar de un aeropuerto de Santo Domingo, capital del país antillano.
Las autoridades dominicanas entregaron la aeronave por la que Rubio tuvo que firmar una solicitud de exención de congelación de ayuda extranjera para pagar más de 230 000 dólares en cuotas de almacenamiento y mantenimiento.
Según el Departamento de Justicia estadounidense, se trata de un Dassault Falcon 2000EX utilizado por la empresa estatal Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA).
Conforme a la investigación estadounidense, el aparato, adquirido en 2017 por PDVSA en EE.UU. y exportado a Venezuela, fue “revisado y mantenido en múltiples ocasiones utilizando piezas de Estados Unidos”, algo que viola las leyes de control de exportaciones y sanciones de Estados Unidos.
“El uso de piezas fabricadas en los Estados Unidos para reparar y mantener aeronaves operadas por entidades sancionadas como PDVSA es intolerable”, dijo Devin DeBacker, jefe de la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia, de acuerdo con un comunicado.
En septiembre pasado, Estados Unidos se incautó de otro avión del gobierno venezolano, que se encontraba en República Dominicana por cuestiones de mantenimiento.
Las incautaciones de aviones se consideran una estrategia más amplia de EE.UU. para intensificar la presión sobre el Gobierno de Venezuela presidido por Nicolás Maduro y fortalecer la influencia de Washington en la región.
En los últimos meses, las tensiones entre Washington y Caracas han aumentado después de que el líder chavista ganó las elecciones presidenciales el pasado julio, con el 51 por ciento de los votos, pero Estados Unidos y sus aliados se niegan a reconocer su victoria y apoyan a su rival prooccidental.
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