Según han informado varios testigos, un joven ha muerto y otro ha resultado herido durante las protestas desatadas en Bolivia a favor del que fuera presidente del país en la ciudad de Montero, en el departamento de Santa Cruz.
Cientos de miles de manifestantes que quieren la vuelta de Morales han salido a las calles de diversas urbes. En La Paz (la capital administrativa del país), la Policía ha impedido que los indignados accedieran a la plaza de Murillo, la Casa de Gobierno y el Parlamento boliviano.
Después de que Jeanine Áñez prestara juramento como presidenta interina en una autoproclamación pasando por encima de la Constitución, las fuerzas de seguridad han comenzado a reprimir a los manifestantes en La Paz y otras ciudades.
Además, la Policía ha impedido, de forma violenta, que la senadora y presidenta de la Cámara de Senadores, Adriana Salvatierra, accediera a la sede del Parlamento.
La Policía también ha recurrido al lanzamiento de gases lacrimógenos contra los diputados del Movimiento al Socialismo (MAS), partido que hasta hace poco lideraba Morales, en las inmediaciones de la Asamblea Legislativa, a fin de impedirles su ingreso.
Por otro lado, varios representantes indígenas han notificado que un gran contingente militar se dirige hacia la provincia de Chapare para reprimir las movilizaciones que apoyan a Morales.
En las últimas protestas registradas en Bolivia, el pueblo exige la inmediata salida de la ilegal y autoproclamada Áñez, pues asevera que a esta no la apoya ningún marco legal para asumir la Presidencia del país sudamericano, ya que hasta el momento fungía como vicepresidenta segunda de la Cámara Alta.
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En el artículo 169 de la Constitución boliviana se señala que, en caso de impedimento o ausencia del presidente, a este le reemplazará en el cargo el vicepresidente o en su falta el presidente del Senado. Ante la situación de que ninguno de estos pudiera asumir las funciones de la Presidencia, la Carta Magna indica que se recurriría al presidente de la Cámara de los Diputados y si este no pudiere, se procedería a la convocatoria de nuevas elecciones en un plazo máximo de 90 días.
Morales, el primer presidente indígena de Bolivia, renunció el domingo a la Presidencia para “preservar la paz en su país” tras un golpe de Estado dirigido por la oposición en su contra. La oposición no reconoció la reelección del exmandatario en los comicios del pasado 20 de octubre y llevó la violencia a las calles.
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Diferentes países, como Rusia, Cuba, Venezuela, Nicaragua y Uruguay, han condenado el golpe de Estado en Bolivia. El Gobierno mexicano ha otorgado asilo político a Morales, que partió el lunes hacia el país norteamericano, aunque aseguró que “regresará con más fuerza y energía”.
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