Miles de manifestantes argentinos el martes volvieron a protestar contra las últimas medidas adoptadas por Macri y también por la represión de los trabajadores que en la misma jornada y por quinto día consecutivo demandaban el pago de salarios atrasados.
En la marcha participaron simpatizantes de los movimientos izquierdistas del país, entre ellos, el Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), el Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), el Partido Obrero (PO) y la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
En el mismo martes, las fuerzas militarizadas de la Policía argentina lanzaron gas lacrimógeno y balas de goma contra los trabajadores de la compaña Cresta Roja que bloqueaban la autopista Riccheri de acceso al mayor aeropuerto del país Ezeiza en Buenos Aires (capital). Los movimientos argentinos también denunciaron "la brutal represión" de la Policía.
Los empleados iniciaron la protesta el miércoles de la semana pasada, la dejaron durante el fin de semana y desde el lunes la han vuelto a retomar al fracasar la negociación entre funcionarios del Gobierno nacional y sus delegados.
La tensión se trasladó la noche del martes a una negociación del ministerio de Trabajo, donde su titular, Jorge Triaca, anunció que la justicia decretó el quebranto de la compañía Cresta Roja.
Por su parte, el delegado de los obreros, Christian Villalba, dijo que "Vamos a debatir en asamblea cómo seguimos la protesta".
El pasado miércoles, la Administración de Macri enfrentó su primera protesta gremial de trabajadores del Congreso ante la amenaza de despido masivo en el órgano legislativo.
Macri, desde su llegada a la Casa Rosada el 10 de diciembre, está firmando decretos ya cuestionados y que han generado protestas, entre ellos el nombramiento de dos jueces de la Corte Suprema, el relacionado con el sector de la educación y de los medios de comunicación.
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