Saad al-Faqih, uno de los más destacados detractores del régimen saudí, realizó estas aseveraciones en una entrevista concedida el jueves al portal Al khaleej online, en la que señaló que la mayoría de los saudíes rechaza las políticas del príncipe heredero, Muhamad bin Salman Al Saud.
“No hay ni un segmento en la actual sociedad saudí que no esté enojado por las políticas de Bin Salman, que ya no respeta a ningún sheij, líder tribal, intelectual o académico”, indicó el opositor saudí, que vive exiliado en Londres (capital del Reino Unido).
Bin Salman, prosiguió, tiene “sed de poder” y hará cualquier cosa para aplastar a toda persona que se interponga en su camino. Ante tal escenario, “la situación en Arabia Saudí puede explotar en cualquier momento”, advirtió.
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Al-Faqih, quien preside el Movimiento para la Reforma Islámica —un veterano grupo que aboga por la separación de poderes, la libertad de expresión y los derechos de la mujer—, alertó, asimismo, que el descontento y la ira internos podrían resultar en una revolución dura y nada pacífica en el reino árabe.
Al respecto recordó que “todos los que creen en una acción pacífica han sido reprimidos, encarcelados o desplazados. (…) Nuestra gente está armada y cree que puede obtener sus derechos de aquellos que los maltratan por la fuerza”, recalcó.
No hay ni un segmento en la actual sociedad saudí que no esté enojado por las políticas de (el príncipe heredero, Muhamad) Bin Salman, que ya no respeta a ningún sheij, líder tribal, intelectual o académico”, indicó Saad al-Faqih, un opositor del régimen saudí que vive exiliado en Londres (capital del Reino Unido).
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y oenegés, como Human Rights Watch (HRW), han denunciado en varias ocasiones la intensificación de la represión, el arresto y la encarcelación de disidentes y activistas por el régimen de Riad, que somete a los detenidos a brutales torturas, agresiones sexuales incluidas.
Desde que Bin Salman fuera nombrado príncipe heredero en 2017, la tasa de ejecuciones en Arabia Saudí se ha multiplicado, aseveró en 2018 la asociación contra la pena de muerte Reprieve, con sede en el Reino Unido.
Si bien los Al Saud cuentan con un negro historial de larga data de silenciar a la disidencia, fue el caso del asesinato del periodista opositor Jamal Khashoggi, asfixiado y descuartizado en el consulado de Riad en la ciudad turca de Estambul en octubre de 2018, el que llamó la atención de la comunidad internacional y elevó la presión sobre el reino saudí.
El caso Khashoggi ha hecho que se intensifiquen las especulaciones sobre la destitución o el derrocamiento de Bin Salman, quien, según varias investigaciones, incluida la de la ONU, es responsable del brutal asesinato del periodista.
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En un informe divulgado en octubre de 2018, el diario británico The Guardian estimó que existe una elevada probabilidad de que el despótico Bin Salman corra el mismo final que el depuesto shah de Irán, Mohamad Reza Pahlavi, si sigue reprimiendo a la disidencia.
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