En una entrevista concedida el lunes a la agencia rusa de noticias TASS, el ministro saudí Khalid al-Falih declaró que en el momento que se pongan en marcha las sanciones estadounidenses contra el país persa, Riad se verá obligado a usar sus reservas de petróleo si quiere cubrir tres millones de barriles, cantidad del petróleo que produce Irán por día para satisfacer las necesidades del mercado internacional.
Afirmó que Arabia Saudí y sus aliados están dispuestos a elevar la producción de petróleo hasta los 12 millones de barriles diarios—desde los 10,7 millones actuales— con el objetivo de evitar que el precio del crudo escale hasta los 100 dólares por barril.
Sin embargo, el ministro saudí dijo que pese a todos estos esfuerzos, “no hay ninguna garantía” de que los precios mundiales del petróleo no suban en el próximo mes de noviembre en cuanto el presidente de EE.UU., Donald Trump, anuncia la puesta en marcha de la segunda tanda de sanciones levantadas previamente contra Irán luego de que el acuerdo nuclear conocido como el Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas inglés) fuera alcanzado en 2015.
Al principio de este mes, el príncipe heredero de Arabia Saudí, Muhamad bin Salman Al Saud, se comprometió a cubrir todos los suministros de crudo iraní que se vean afectados por los embargos de Washington para reducir la exportación de petróleo de Teherán a “cero”.
El ministro del Petróleo de Irán, Biyan Namdar Zanganeh, rechazó recientemente las afirmaciones de las autoridades saudíes diciendo que “ni Arabia Saudí ni nadie puede sustituir el petróleo iraní’.
El presidente de Irán, Hasan Rohani, menospreció el pasado mes de julio las amenazas de Washington con la declaración de que “no tendría sentido que Irán no pueda exportar su petróleo, mientras que otros en la región (del Golfo Pérsico) sí pueden. Haga esto si puede y verá las consecuencias”.
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