“Los ceses de altos cargos utilizados como chivos expiatorios no eliminarán el tufo de que el asesinato de Khashogi fue obra de Muhamad bin Salman”, ha advertido hoy lunes Michael Page, subdirector de la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW) para Oriente Medio.
El activista ha subrayado por otra parte en sus declaraciones que “no hay motivos para tomarse en serio” la explicaciones saudíes sobre la muerte de Khashoggi, ya que el régimen de Riad “ha mentido repetidamente al mundo”.
Transcurridas casi tres semanas desde la misteriosa desaparición del periodista, conocido por sus críticas a la política de Riad, las autoridades de Arabia Saudí reconocieron el pasado sábado que la muerte del periodista sucedió en el consulado del país en la ciudad turca de Estambul, según ellos “en una pelea”.
Los ceses de altos cargos utilizados como chivos expiatorios no eliminarán el tufo de que el asesinato de (el periodista Jamal) Khashogi fue obra de (el príncipe heredero saudí) Muhamad bin Salman”, ha advertido Michael Page, subdirector de la sección de Oriente Medio de la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW).
El representante de HRW, no obstante, ha reclamado una investigación “independiente” de las Naciones Unidas para aclarar las “circunstancias” del caso e identificar a los responsables de la “autorización, planificación y ejecución” de todas las órdenes, además de pedir que los “responsables rindan cuentas” por sus actos.
Page, además, ha repudiado expresamente la reacción del presidente de EE.UU., Donald Trump, por considerar creíbles las “absurdas explicaciones” de lo sucedido publicadas por los saudíes y apoyar así los “intentos obvios” de Riad por ocultar la verdad.
“Seguir con los negocios con Arabia Saudí como si no pasara nada daría a los dictadores de todo el mundo luz verde para asesinar a opositores de forma impune, siempre y cuando tengan suficiente dinero para comprar armas a EE.UU.”, ha añadido el responsable de HRW.
Aunque Trump amenazó el pasado jueves con sanciones “severas” al Gobierno de Riad por la muerte del periodista, más tarde anunció que no cancelará las ventas de armas para castigar a la monarquía de los Al Saud.
Muchos países del mundo, incluidos aliados occidentales de Riad, han destacado que aún existen muchos interrogantes en torno al caso y han reclamado que se investigue de forma rigurosa la explicación saudí
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