“Respecto a las exportaciones de armas a Arabia Saudí, estas no pueden tener lugar en las circunstancias actuales”, ha enfatizado la canciller de Alemania, Angela Merkel, en una conferencia de prensa.
“Primero, condenamos este acto en los términos más contundentes. Segundo, hay una necesidad urgente de aclarar lo sucedido y todavía estamos muy lejos de saberlo”, ha dicho también la líder alemana, poniendo dudas sobre la nueva versión de Riad respecto a lo sucedido el 2 de octubre cuando se perdió la pista de Khashoggi, tras ingresar al consulado saudí en Estambul (Turquía).
Las autoridades saudíes, que en un principio negaron cualquier implicación en la desaparición del periodista disidente —crítico con las políticas de los Al Saud—, admitieron el viernes que Khashoggi murió en la sede diplomática saudí de Estambul como resultado de una “pelea”.
Berlín aplica la drástica medida por el caso Khahsoggi, aunque siguió vendiendo armas a Riad en medio de reiteradas denuncias del uso de armas germanas en los ataques de Arabia Saudí contra Yemen. En lo que va de año, Alemania ha aprobado licencia de venta de armas a Arabia Saudí por valor de 477 millones de euros.
Respecto a las exportaciones de armas a Arabia Saudí, estas no pueden tener lugar en las circunstancias actuales”, ha enfatizado la canciller de Alemania, Angela Merkel, refiriéndose al caso del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi.
Este domingo, Norbert Röttgen, responsable de política exterior del partido de Merkel, la Unión Cristianodemócrata (CDU, por sus siglas en alemán), ha planteado que, además del cese de armas a Riad, se expulse a los diplomáticos saudíes.
Merkel ya había condenado el asesinato de Khashoggi, acérrimo crítico de la monarquía saudí, y subrayado que las explicaciones dadas hasta ahora por Riad “no son suficientes”.
Se han multiplicado las condenas internacionales al asesinato del columnista del diario estadounidense The Washington Post, ordenado desde las altas esferas del poder en Arabia Saudí; no obstante, ha sido notoria la inacción occidental ante otras barbaridades de Riad, como el “infierno” a que somete a los niños de Yemen o el secuestro del primer ministro libanés, Saad Hariri, el año pasado.
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