En una solemne ceremonia celebrada con el izamiento de la bandera verde, blanca y naranja marfileña, Francia cedió oficialmente el control de la base militar de Port-Bouët, cerca de Abiyán, capital económica del país africano, que ocupaba desde 1978 el 43.º del Batallón francés de Infantería de Marina (BIMA).
En este contexto, el ministro de Defensa marfileño, Téné Birahima Ouattara, ha aseverado que “este acto marca una nueva etapa en las relaciones” entre las dos naciones.
Por su parte, el ministro de Defensa de Francia, Sébastien Lecornu, calificó de un acto “histórico” la retirada de las tropas galas del país africano, aseverando que “como el mundo está cambiando… es obvio que nuestra relación militar debe cambiar”. Ha agregado que la presencia de su país no desaparece, sino que “Francia transforma su presencia”.
Costa de Marfil, el mayor productor de cacao del mundo, es la economía más grande y próspera de África occidental y, tras casi una década de guerras breves y una crisis prolongada en 2011, es el país francófono que lo ha convertido en la mayor y más próspera economía del continente.
En los últimos años, las tropas francesas, presentes desde hace tiempo en África Occidental, han sido expulsadas de varios países, entre ellos Níger, Burkina Faso, Senegal y Chad, otrora considerado el aliado más estable y leal de Francia en África.
Se le ha pedido a Francia que se retire de más del 70 por ciento de sus antiguas bases militares africanas, dejando sólo 1500 soldados en Yibuti y 350 en Gabón.
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