El Ministerio de Salud de Yemen ha informado que los bombardeos del régimen sionista perpetrados el martes han tenido como objetivo instalaciones de almacenamiento de petróleo en la estratégica urbe ubicada en las costas del mar Rojo y una planta de energía en el sur del país árabe.
Al condenar los ataques, un portavoz del movimiento popular Ansarolá ha asegurado que Israel pagará el precio por sus acciones y ha subrayado que los esfuerzos del régimen de Tel Aviv y sus aliados de presionar a Yemen para que deje de apoyar al pueblo palestino de la Franja de Gaza están condenados al fracaso, según reseña Press TV.
El ejército israelí, por su parte, ha confirmado que sus aviones de combate atacaron objetivos en Yemen.
El régimen israelí también ha bombardeado las instalaciones de almacenamiento de petróleo y una planta eléctrica en Al-Hudayda el 20 de julio pasado, en represalia por un ataque con drones de las Fuerzas Armadas yemeníes contra el corazón de la entidad sionista en Tel Aviv, como parte de sus operaciones de apoyo a Gaza.
La oenegé Human Rights Watch (HRW), con sede en Nueva York (EE. UU.) denunció el lunes que la agresión del mes pasado en la ciudad portuaria yemení podría considerarse un posible crimen de guerra, al “causar daños desproporcionados” a la población y bienes civiles.
Este ataque israelí dañó 29 de un total de 41 tanques de almacenamiento de petróleo, dos grúas de transporte y una central eléctrica en el distrito de Salif, en las costas del mar Rojo, al tiempo que dejó un saldo fatal de seis civiles muertos y unos 80 heridos.
“Al parecer, los ataques causaron daños desproporcionados a civiles y bienes de carácter civil. Las violaciones graves de las leyes de la guerra cometidas voluntariamente, es decir, deliberada o imprudentemente, son crímenes de guerra”, indicó la investigadora de HRW para Yemen y Baréin, Niku Jafarnia.
La experta destacó que las agresiones de Israel contra Yemen podrían tener un impacto duradero en la vida de millones de yemeníes, quienes “ya padecen hambre generalizada tras una década de conflicto; estos ataques solo exacerbarán su sufrimiento”, advirtió.
Por su parte, el Gobierno de Irán ha denunciado que los ataques contra la infraestructura civil del puerto de Al-Hudayda “son una muestra de la naturaleza agresiva del régimen infanticida de Israel”, según un comunicado emitido entonces por el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Naser Kanani.
Al advertir sobre el peligro de una escalada de tensión y la expansión de la guerra en la región como resultado de las peligrosas “acciones aventureras” del régimen de Tel Aviv, Kanani aseveró que “el pueblo oprimido, pero poderoso, de Yemen está pagando el precio de su honorable apoyo a los ciudadanos inocentes, las mujeres y los niños de Gaza”.
Esto último, en referencia a las operaciones ejecutadas durante los últimos meses por las Fuerzas Armadas yemeníes contra objetivos sionistas y en particular contra los buques comerciales asociados a Israel que navegan por los mares regionales con destino a puertos en los territorios ocupados.
En reiteradas ocasiones, las autoridades políticas y militares de Yemen han asegurado que mantendrán y ampliarán estas acciones de represalia mientras el régimen sionista continúe con su guerra genocida contra la Franja de Gaza.
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