Tras cuatro días de duros combates en la estratégica ciudad de Al-Hudayda entre los militares agresores de la coalición de Arabia Saudí y las fuerzas del Ejército y el movimiento popular Ansarolá de Yemen, el enviado especial de la ONU para Yemen, Martin Griffiths, ha aterrizado este sábado en el territorio yemení.
Griffiths planea ofrecerle a las fuerzas del Ejército y los comités populares yemeníes que transfieren el control de la ciudad occidental de Al-Hudayda —a orillas del mar Rojo— a un comité supervisado por la Organización de las Naciones Unidas para de este modo poner fin a los ataques saudíes a la ciudad, informa la agencia francesa de noticias AFP.
No obstante, el emisario de las Naciones Unidas no ha ofrecido ninguna declaración a su llegada al aeropuerto de Saná, la capital de Yemen.
Griffiths manifestó el miércoles su profunda preocupación por la ofensiva de Riad y sus aliados contra Al-Hudayda, principal puerto de ingreso de las importaciones y la ayuda humanitaria a Yemen, país en el que 22 millones de personas necesitan desesperadamente ayuda alimentaria.
Arabia Saudí y sus aliados lanzaron el miércoles una ofensiva contra Al-Hudayda, provocando la ira y condena de muchos países y organizaciones pro derechos humanos que alertan sobre el riesgo que esta operación supone para la vida de millones de personas.
La Organización de las Naciones Unidas ha advertido de que la ofensiva militar saudí podría acabar con la vida de hasta 250 000 yemeníes, y arriesgaría la vida de 11 millones de niños.
En la actualidad las fuerzas yemeníes están resistiendo con toda su fuerza los bombardeos de la coalición saudí y de vez en cuando lanzan ataques de represalia contra posiciones militares de Riad y de sus aliados tanto en Al-Hudayda como dentro del territorio de Arabia Saudí.
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