La provincia yemení de Marib ha sido testigo de intensos enfrentamientos entre los soldados del Ejército yemení y los comités populares, por un lado, y las fuerzas respaldadas por Arabia Saudí, por el otro.
Como resultado de estos choques, según informó el martes el portal Yemen News, las fuerzas yemeníes acabaron con casi una treintena de individuos de las filas de la coalición agresora saudí-emiratí.
Las fuentes militares, citadas por el medio yemení, detallaron que las fuerzas leales al gobierno dimitido del expresidente fugitivo yemení Abdu Rabu Mansur Hadi y del partido salafista Al-Islah sufrieron numerosas bajas en las últimas horas, mientras las fuerzas yemeníes avanzaron hacia el sur de Marib.
En el marco de los enfrentamientos, murieron al menos 29 mercenarios, incluidos varios altos jefes de campo.
El avance de las fuerzas de resistencia yemeníes continúa a pesar de las características geográficas de la región y al gran despliegue de fuerzas y equipos de la coalición saudí.
En los enfrentamientos de las últimas semanas por el control de Marib, una provincia estratégica, las fuerzas yemeníes han dado un severo golpe a su contrincante, al causarle una baja de al menos 53 comandantes de los aliados de Arabia Saudí.
La importancia estratégica de Marib para todas las partes del conflicto no se discute, ya que hay mucho en juego. Si el Ejército yemení y comités populares logran hacerse con el control de la gobernación de Marib, la coalición saudí sufrirá un golpe del que no podrá recuperarse.
Marib se erige tanto como el último bastión norteño del gobierno de Hadi desde el que se puede recuperar la capital de Yemen, Saná, y como un muro para bloquear los avances del Ejército yemení y los combatientes de Ansarolá hacia las gobernaciones de Hadramawt y Shabwa, ricas en petróleo.
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