“No es atacando a Venezuela con mentiras que su élite fascista y racista logrará apagar las llamas que arden frente a la Casa Blanca”, subrayó el lunes Jorge Arreaza en su cuenta de Twitter.
De esta forma, el ministro de Asuntos Exteriores de Venezuela se refirió a las masivas protestas sociales, en curso desde hace siete días, en todo EE.UU., para rechazar el racismo y la brutalidad policial a raíz del asesinato del afrodescendiente George Floyd a manos de un policía el 25 de mayo.
Estas movilizaciones están marcadas por la represión policial, como ponen de manifiesto los vídeos colgados en las redes sociales. Ante ello, el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha tachado de “matones” a los manifestantes y ha amenazado con militarizar las calles y recurrir al empleo de la mano dura para acabar con las protestas.
Por otra parte, Arreaza alertó en su tuit que el secretario estadounidense de Estado, Mike Pompeo, “desde algún búnker sigue interpretando su guion ficticio y celebra nuevas persecuciones para asfixiar la economía venezolana”.
Con ese mensaje, el canciller venezolano respondió a un tuit de Pompeo, en el que este aplaudía la medida de la Administración estadounidense de ofrecer una recompensa por el paradero de Joselit de la Trinidad Ramírez Camacho, quien se desempeña como presidente de la Superintendencia de Criptoactivos (Sunacrip).
El Departamento estadounidense del Tesoro acusa a Ramírez Camacho de haber violado la confianza pública conspirando para lavar fondos ilícitos obtenidos desde cargos ejercidos como funcionario del Gobierno de Venezuela.
El mismo lunes la Cancillería de Venezuela también emitió un comunicado en el que denunció la persecución de autoridades venezolanas “como estrategia para atacar la economía venezolana y distraer la atención de las protestas masivas y la crisis humanitaria en EE.UU.”.
Caracas denuncia que Washington busca derrocar el Gobierno del presidente venezolano, Nicolás Maduro, mediante diversas formas, entre ellas, apuntar contra la economía del país bolivariano, creando desabastecimento de productos de primera necesidad y empobrecimiento entre la población. Mientras tanto, las autoridades venezolanas han exhortado a sus pares estadounidense a dejar de injerir en los asuntos de otros países y dedicarse a solucionar los problemas en su propio país, como la crisis generada por la pandemia del coronavirus, causante de la COVID-19.
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