Así ha comunicado recientemente el portal vietnamita Soha News al decir que una delegación de funcionarios estadounidenses e israelíes visitó Ucrania últimamente para estudiar los complejos de los sistemas de defensa antiaérea S-300.
La delegación realizó la visita a Ucrania después del suministro, de forma gratuita, de los S-300 de Rusia a Siria, tras el derribo de un avión de reconocimiento ruso Ilyushin Il-20 Coot cerca de la costa siria, en la provincia occidental de Latakia, del que el Kremlin culpa a los pilotos de cuatro F-16I israelíes que estaban atacando la zona.
Según la fuente, Kiev convenció a los representantes de Washington y el régimen de Tel Aviv de que los sistemas ucranianos S-300 no son diferentes de los rusos.
Además, afirma que el viaje a Ucrania fue exitoso para la delegación, ya que los funcionarios estadounidenses e israelíes descubrieron que en caso necesario, los cazas furtivos F-35 Lightning II podrán hacer frente a los sistemas S-300 rusos desplegados en el territorio sirio.
Estos hechos se dan, mientras el despliegue de S-300 por Rusia en Siria ha activado las alarmas en EE.UU. y el régimen israelí, de manera que Washington ha decidido llevar a cabo en noviembre pruebas adicionales a gran escala de su caza furtivo F-35 Lightning II.
Esta decisión del Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono), según indicó EurAsian Times, significa que el país norteamericano no está seguro de que sus aviones de combate sean realmente invisibles para los sistemas antiaéreos.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó el pasado viernes enviar aviones de combate furtivos F-35 adicionales a Israel para hacer frente al nuevo escudo antiaéreo sirio.
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