El mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, instó el lunes a su par estadounidense, Joe Biden, a revertir de inmediato su declaración en la que consideró que las masacres de armenios en 1915 en el imperio otomano constituyeron un “genocidio”.
En sus primeros comentarios desde la declaración del mandatario estadounidense, el dirigente turco tachó las palabras de Biden como “infundadas e injustas” y denunció que con su pronunciamiento se ha abierto una “herida profunda” en las relaciones bilaterales, ya de por sí tensas, entre Ankara y Washington.
“Consideramos que estos comentarios en la declaración fueron incluidos debido a la presión de grupos armenios radicales y círculos antiturcos. Pero esta situación no reduce el efecto destructivo de estos comentarios en los lazos bilaterales”, señaló Erdogan.
El pasado 24 de abril, Biden se convirtió en el primer presidente estadounidense en reconocer como genocidio a las masacres contra 1,5 millones de armenios por parte del imperio otomano ocurridas durante la Primera Guerra Mundial (1914–1919).
Nada más conocerse de tal pronunciamiento por parte de Washington, no se tardó mucho en producirse un mal estar generalizado con tintes de enfurecimiento en uno de sus aliados en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), es decir Turquía —sucesora del imperio otomano—, que prohibió a la Fuerza Aérea de EE.UU. el uso de sus bases militares, dándoles un plazo de dos semanas para que sus tropas abandonen el suelo turco.
Dada esta coyuntura, el líder turco en su declaración subrayó que espera “que el presidente de EE.UU. dé marcha atrás de este paso en falso lo antes posible […]. Ha hecho comentarios infundados, injustos y falsos sobre los tristes eventos que tuvieron lugar en nuestra geografía hace más de un siglo”.
Además, Erdogan pidió a los historiadores turcos y armenios que formaran una comisión conjunta para investigar los hechos, no sin antes indicar que espera poder discutir todas las disputas con Biden en una cumbre de la OTAN, programada para el próximo junio.
Y si la reacción presidencial turca no fuera suficiente, el Parlamento de Turquía también prepara una respuesta contra el reconocimiento del mandatario de EE.UU. para el miércoles. Es de tal envergadura el revuelo levantado entre las filas de los legisladores turcos que incluso desde la bancada opositora a Erdogan se han unido para hacer frente común a lo que consideran un ultraje por parte de Washington.
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