Durante la cumbre, que se lleva a cabo en Bakú, Azerbaiyán, el Secretario General de la ONU enfatizó la urgencia de abordar la pérdida y el daño climático, señalando que las contribuciones iniciales al fondo destinado a estos fines son claramente insuficientes.
Este llamado resuena con la frustración de los países más vulnerables a la crisis climática. La vicepresidenta de Irán, Shina Ansari, también se dirigió a los delegados presentes, destacando cómo las sanciones internacionales obstaculizan los esfuerzos ambientales de su nación.
Ansari abogó por un acceso equitativo a tecnologías y financiamiento climático, argumentando que todos los países deberían tener igual acceso a estas herramientas. En una línea similar, el primer ministro ruso advirtió que la transición energética no debería comprometer el desarrollo de las naciones de bajos ingresos.
El presidente azerbaiyano, Ilham Aliev, defendió los recursos energéticos de su país como “un regalo de Dios”, y criticó las presiones externas sobre su industria petrolera. Afirmó que Azerbaiyán está comprometido con una transición verde pero subrayó la necesidad de ser realistas sobre las demandas del mercado.
En general, otros países también expresaron su preocupación por la necesidad de aumentar significativamente el financiamiento climático. Las demandas oscilan alrededor del billón de dólares anuales para ayudar a las naciones más vulnerables. La COP29 se extenderá hasta el 22 de noviembre y se centra en negociaciones cruciales sobre cómo financiar efectivamente la lucha contra el cambio climático y mitigar sus efectos.
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