Tener la posibilidad de crear algo con tus propias manos desde la infancia, sin duda, es uno de los mayores atributos del gigante danés Lego.
Crear una copia en tamaño real, además de completamente conducible, de un Bugatti Chiron puede ser una buena estrategia para generar titulares y sobre todo atraer la atención del mundo.
La construcción de este Bugatti, con sus características replicadas hasta el último detalle, es parte de una faraónica labor en la que se utilizó más de un millón de piezas plásticas y 13 000 horas de trabajo.
Ahora se presenta en la sede del Grupo Lego en Billund (Dinamarca) lugar donde se inventaron los ladrillos plásticos más famosos del mundo.
Cada pieza del automóvil se conectó mediante herramientas especiales y en ninguno de los ensamblados se ha usado pegamento. Tiene capacidad para dos pasajeros y una velocidad máxima de más de 20 kilómetros por hora.
Desde su nacimiento en 1949, Lego ha permitido a fanáticos de todas las edades poner a prueba su creatividad con sistemas de construcción que los desafía a ir más allá de simplemente crear nuevos diseños y a ser los ingenieros de nuevas funciones.
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