Ahora no es el mejor momento para enfurecer a Putin”, dijeron fuentes israelíes citadas el domingo por la agencia libanesa de noticias Al-Ahd.
“Ahora no es el mejor momento para enfurecer a Putin”, dijeron fuentes israelíes que desean permanecer en el anonimato, citadas el domingo por la agencia libanesa de noticias Al-Ahd.
Los llamados rebeldes sirios planeaban celebrar esta semana una conferencia en Al-Quds (Jerusalén), a la que iban a asistir varios de sus líderes y, además, el ministro de asuntos militares israelí, Moshe Yaalon.
No obstante, el temor a que la celebración de una conferencia de ese género en los territorios ocupados y la posible reunión entre Netanyahu y los líderes de los “rebeldes sirios”, provocara la ira del mandatario ruso, obligó a las autoridades israelíes a cancelar el evento a última hora y pedir a los líderes de los llamados rebeldes sirios que no acudieran a la cita.
Las fuentes entrevistadas por Al-Ahd indicaron que el temor a la ira de Putin ha llevado al régimen israelí al punto de plantearse si es conveniente apoyar explícita y públicamente a los “rebeldes sirios”.
Pese a lo dicho, aseguraron que Israel y los llamados rebeldes sirios mantienen excelentes relaciones, y continuarán sus contactos y cooperaciones incluso si deben ocultarlo de cara al público.
Los llamados rebeldes sirios e Israel, en especial Netanyahu, gozan de estrechos lazos; de hecho, el llamado Ejército Libre de Siria (ELS) felicitó al premier israelí por la victoria de su partido.
En febrero de 2014, Netanyahu visitó un hospital militar en los ocupados altos de Golán, donde se atendía a los “rebeldes moderados” heridos en los combates con el Ejército sirio. Desde el inicio de la crisis siria, al menos 1300 integrantes de los llamados rebelde sirios (entre los que figuran grupos terroristas como el Frente Al-Nusra, filial Al-Qaeda en Siria) han sido atendidos en los hospitales israelíes, según fuentes sanitarias israelíes.
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