En declaraciones realizadas el viernes durante una sesión a puertas cerradas del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre la situación en Siria, Geir Otto Pedersen alertó del aumento de enfrentamientos en Siria y subrayó la necesidad de “restaurar la soberanía, la unidad y la integridad territorial de Siria y detener todas las acciones violentas”.
Al respecto, llamó a cumplir con los principios básicos de la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad, aprobada en 2015, que reitera enérgicamente la soberanía, la integridad territorial y la unidad de la República Árabe Siria.
Pedersen añadió que la transición política debe realizarse por el propio pueblo sirio y debe garantizar el establecimiento de un gobierno confiable y no sectario, las reformas constitucionales, las elecciones libres y justas y la participación de las mujeres.
El funcionario pidió la semana pasada “elecciones libres y justas” en el país árabe después de unos tres meses cuando finalice el período de transición político.
En declaraciones a los periodistas en Damasco, capital siria, Pedersen resaltó también la necesidad de ofrecer ayuda humanitaria urgente al pueblo, la reconstrucción del país, su recuperación económica y el comienzo de un proceso que conduzca al fin de las sanciones.
El enviado de la ONU precisó que “todavía hay desafíos en algunas áreas, y uno de los mayores desafíos es la situación en el noreste del país”.
El pasado 27 de noviembre, los grupos insurgentes apoyados por el extranjero y liderados por Hayat Tahrir al-Sham (HTS) lanzaron una ofensiva relámpago contra el Gobierno del presidente sirio Bashar al-Asad. Luego, los grupos armados se apoderaron de varias ciudades clave en Siria.
La situación es actualmente muy tensa en Siria. La minoría alauita y la comunidad cristiana han sido atacadas. Entretanto, las autoridades han reforzado la seguridad en Damasco y en las gobernaciones de Homs, Tartus y Latakia, en medio de un toque de queda.
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