• El presidente de Siria, Bashar al-Asad, en una entrevista en Damasco, capital, 31 de octubre de 2019. (Foto: SANA)
Publicada: viernes, 15 de noviembre de 2019 15:44
Actualizada: viernes, 15 de noviembre de 2019 16:09

El presidente de Siria, Bashar al-Asad, alerta que Turquía juega a la carta de los refugiados para poblar las zonas kurdo-sirias con los terroristas que apoya.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció en octubre que una intervención militar en el noreste de Siria terminaría en la creación de una llamada zona segura, y facilitaría el retorno de los refugiados a casa.

Su homólogo sirio, no obstante, aseguró que Erdogan, pese a que lo asegura, no tiene la intención de repatriar a unos tres millones de sirios desplazados a las zonas que están bajo el control del Ejército turco y los terroristas que apoya en el noreste de Siria, que, desde luego, no están despobladas. La agresión truca, de acuerdo con Al-Asad, busca otra intención.

“Nadie cree en que Turquía repatriará a los refugiados sirios a estas zonas; es una engañosa consigna humanitaria”, afirmó Al-Asad en una entrevista concedida el jueves a los medios rusos Ria Novosti y Rossiya 24.

Lo que “verdaderamente” busca Ankara es trasladar “a las milicias y a los terroristas”, que fueron derrocados por el Ejército sirio en la lucha antiterrorista, junto con sus familias al noreste de Siria para “crear una nueva comunidad extremista” tal y como desea Erdogan. “Ese es el verdadero objetivo” de Ankara, denunció Al-Asad.

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Nadie cree en que Turquía repatriará a los refugiados sirios a estas zonas (que están bajo el control del Ejército turco y los terroristas que apoya en el noreste de Siria); es una engañosa consigna humanitaria”, afirmó el presidente de Siria, Bashar al-Asad.

 

El mandatario sirio prosiguió diciendo que incluso si Turquía tiene la intención de repatriar a los refugiados sirios, tal plan crearía “un conflicto étnico” entre los propietarios de las tierras, las ciudades, las aldeas, las viviendas y las granjas, que no renunciarían a sus derechos, abandonando sus propiedades a favor de sus compatriotas recién llegados.

“En cualquiera de los casos, ambos son peligrosos y buscan desestabilizar a Siria, por eso, nosotros los rechazamos definitivamente”, sentenció el mandatario árabe.

No es la primera vez que Ankara juega a la carta de los refugiados para favorecer a sus intereses. Un día después del inicio de la agresión no autorizada por el Gobierno de Damasco contra los kurdo-sirios, Erdogan amenazó el 10 de octubre, a Europa con enviarle 3,6 millones de refugiados, si decidía definir tal ofensiva como una “invasión”.

Siria, a su vez, ha prometido acabar tanto con el terrorismo como con la invasión extranjera, sea quien sea el autor. Estos dos factores, de hecho, han complicado el proceso de establecer la seguridad total en el país, devastado por más de ocho años de guerra, y redactar una nueva Constitución siria.

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