El geriátrico El Salvador de la localidad de Lagartera en Toledo, España, vive una situación dramática, luego de que siete de sus internos hayan fallecido en los últimos días por el brote de coronavirus declarado en esa residencia.
Así lo han confirmado fuentes de la Consejería de Sanidad de Castilla-La Mancha, mientras que los responsables del propio centro han señalado en un comunicado que la totalidad de residentes, 78, están contagiados por la COVID-19 y que los que no están hospitalizados permanecen aislados en sus habitaciones.
Se da la circunstancia de que, según las mismas fuentes, el brote se ha declarado una semana después de que haya tenido lugar la vacunación de usuarios y trabajadores de la residencia.
“El día 13 de enero, se vacunó con la primera dosis de la vacuna Pfizer a todos los residentes, incluido el personal de la residencia, y a los seis días comenzaron a manifestarse los primeros síntomas en diez de los residentes, achacándose a los efectos secundarios de la primera dosis de la vacuna, tal y como advierte el organismo sanitario”, han explicado desde el centro geriátrico.
Dos días después, el 21 de enero, cuando creció el número de afectados, se decidió aislar a todos los internos en sus habitaciones, siguiendo el plan de contingencia contra el nuevo coronavirus. Tras comunicar la situación a las familias, se procedió a realizar las pruebas PCR, que dieron como resultado el positivo de todos los residentes salvo uno.
También, días antes, los trabajadores comenzaron a mostrar síntomas. Actualmente, los 33 empleados del centro evolucionan positivamente y están cumpliendo cuarentena domiciliaria, después de la cual deberán presentar una PCR negativa antes de reincorporarse a sus puestos laborales.
El comunicado que la residencia de mayores ha mandado a los medios de comunicación señala que la segunda dosis de la vacuna está prevista que sea administrada el próximo 3 de febrero y que dos días después, el 5, está programada una nueva PCR.
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