“Vemos que los países occidentales siguen en la línea de la escalada. Implica riesgos colosales para ellos mismos”, ha dicho este sábado el vicecanciller de Rusia, Alexander Grushko, en reacción a las recientes declaraciones del presidente de EE.UU., Joe Biden, en las que dio la luz verde a sus aliados occidentales a entregar cazas E-16 a Ucrania.
Hablando durante la celebración de la XXXI Asamblea del Consejo de Política Exterior y de Defensa ruso, Grushko ha declarado que, en cualquier caso, se tendrá esto en cuenta en todos nuestros planes y tenemos todos los medios necesarios para cumplir los objetivos que nos hemos fijado.
Biden afirmó el viernes durante la cumbre del Grupo de los Siete (G7) que se celebra en Japón que Washington apoya los planes de países europeos para formar a pilotos de combate ucranianos en aviones de cuarta generación, como el F-16, en lo que prácticamente se considera como un prolegómeno al envío de estos aviones, aunque este aspecto todavía no está confirmado.
Ante las críticas del cambio de postura de la Administración de Biden sobre el envío de F-16 a Ucrania, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, ha indicado que “nada ha cambiado” en las políticas de EE.UU. respecto al conflicto de Ucrania insistiendo en que su país jamás descartó ningún tipo de iniciativa en torno a la entrega de estos aviones.
Desde el inicio del conflicto ucraniano, los países occidentales, y en particular Estados Unidos, brindaron respaldo a Kiev en diversos sectores, entre ellos ayuda económica y militar, lo que, según Moscú, agrava la situación entre las dos partes del conflicto y pone a Ucrania al borde de un colapso.
Rusia comenzó el 24 de febrero de 2022 una operación militar especial en Ucrania, con el objetivo de desmilitarizar y desnazificar a Kiev, y evitar que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), encabezada por EE.UU., convirtiera al país eslavo en una base antirrusa.
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