Fuentes con conocimiento de esa medida informó el viernes a Reuters que Biden ha levantado una prohibición que de facto impedía a contratistas militares estadounidenses entrar en Ucrania para ayudar a las fuerzas ucranianas a reparar equipos de armamento suministrados por Washington.
La medida permitirá al Departamento de Defensa estadounidense (el Pentágono) adjudicar contratos a empresas del país para trabajar en Ucrania por primera vez desde la operación especial que Rusia empezó en febrero de 2022.
Según un funcionario estadounidense, los contratistas ayudarán a garantizar que los equipos suministrados por EE.UU. “puedan repararse rápidamente cuando sufran daños y recibir el mantenimiento necesario”.
Por su parte, un funcionario militar estadounidense confirmó la misma jornada a CNN, que varios de los sistemas que ha proporcionado EE.UU. a Ucrania, en particular los cazas F-16 y los sistemas de defensa antiaérea Patriot, “requieren conocimientos técnicos específicos para su mantenimiento”.
El informe apunta a que no está claro si Donald Trump mantendrá esta política en vigor cuando asuma la presidencia el 20 de enero de 2025.
De hecho, muchos consideran que, con la reelección de Trump, Ucrania pronto podría tener que adaptarse a una drástica reducción del apoyo estadounidense que podría tener un impacto decisivo en la guerra con Rusia.
Desde febrero de 2022, Estados Unidos ha proporcionado asistencia militar significativa a Ucrania para fortalecer su capacidad ante las fuerzas rusas. Esta ayuda ha incluido una variedad de armamentos, desde sistemas antitanque y antiaéreos hasta misiles de largo alcance.
Asimismo, Washington ha autorizado a Ucrania a usar armamento estadounidense para realizar ataques sobre territorio ruso.
Rusia denuncia que Estados Unidos, junto a los países europeos, están empujando de todas las formas posibles a Ucrania para que continúe con la guerra.
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