“Ese comportamiento agresivo, sin duda alguna, se enfrentará a un enérgico rechazo, la respuesta ante las sanciones será contundente”, ha enfatizado este jueves la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajarova, en una rueda de prensa.
La diplomática ha advertido de que recurrir a la agenda de sanciones no favorece a los intereses de las naciones de ambos países, como dos potencias nucleares, pues ha precisado que Washington debe pagar por menoscabar las relaciones bilaterales y las consecuencias de su hostilidad.
Zajarova ha denunciado que las acciones de la Administración del presidente de EE.UU., Joe Biden, indican que a Washington no le interesa normalizar los nexos con Moscú, contrario a lo que señaló el martes el inquilino de la Casa Blanca en su conversación telefónica con su par ruso, Vladimir Putin, sobre la escalada de tensiones en torno a Ucrania.
La vocera ha afirmado que “será dura” para la parte estadounidense la conversación que Moscú tendrá con su embajador en Moscú, John J. Sullivan.
Las advertencias de Rusia se producen luego de que la Casa Blanca informó en la misma jornada de las sanciones a 32 entidades y ciudadanos de Rusia, bajo el alegato de acciones “contra la soberanía y los intereses estadounidenses”.
Los nuevos embargos contra Moscú incluyen la expulsión de diez funcionarios de la embajada de Rusia en Washington D.C., capital estadounidense.
Es más, la Administración norteamericana ha impuesto sanciones contra ocho individuos y entidades rusos, acusándolos de “ocupar” la península de Crimea, que se reincorporó a Rusia tras la celebración de un referéndum en marzo de 2014.
Aunque se preveían cambios con la llegada de Biden al poder, las relaciones Washington-Moscú han ido de mal en peor y, solo como muestra, hace poco Biden tildó de “asesino” a Putin. El mandatario ruso, en respuesta le deseó “buena salud” a su par norteamericano.
Rusia acusa a Estados Unidos de aprovecharse de cualquier suceso para generar y propagar la rusofobia en el mundo.
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