“Los acuerdos ruso-turcos sobre Idlib (norte de Siria) están encaminados, ante todo, a erradicar la amenaza terrorista y esto, sin duda, es un paso intermedio”, ha dicho este viernes el canciller ruso en una rueda de prensa en Sarajevo (la capital bosnia).
Lavrov ha subrayado que a mediados del próximo octubre todos los miembros del grupo terrorista Frente Al-Nusra (autoproclamado Frente Fath Al-Sham) deben abandonar la zona desmilitarizada, de donde debe retirarse también todo armamento pesado.
El acuerdo, ha afirmado el jefe de la diplomacia rusa, es un paso necesario, ya que permitirá poner fin a los incesantes ataques a las posiciones del Ejército de Siria y el aeródromo ruso de Hmeimim, en la provincia siria de Latakia (oeste).
En respuesta a las críticas de la oposición siria, el canciller ruso ha agregado que la “principal amenaza a la integridad territorial de Siria proviene de las provincias orientales del país, al este del Éufrates, donde bajo el control directo de EE.UU. se están creando estructuras autónomas independientes”.
Los acuerdos ruso-turcos sobre Idlib (norte de Siria) están encaminados, ante todo, a erradicar la amenaza terrorista y esto, sin duda, es un paso intermedio”, ha dicho el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov.
Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, acordaron el lunes en la ciudad rusa de Sochi (suroeste) crear una zona desmilitarizada en Idlib, considerada el último bastión de los terroristas, en particular del Frente Al-Nusra, que según varios informes cuenta con el apoyo de EE.UU., el Reino Unido, Turquía y algunos Estados árabes ribereños del Golfo Pérsico.
En las últimas semanas, el Ejército sirio se ha estado preparando para una gran ofensiva para liberar Idlib, pero ahora, con la creación de la zona desmilitarizada, es muy probable que dicha operación no llegue a realizarse.
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