• El asesinado líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Alexandr Zajárchenko, 8 de abril de 2015. (Foto: AFP)
Publicada: viernes, 31 de agosto de 2018 23:58

Rusia ha atribuido a Ucrania la autoría del ataque que acabó con la vida del líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk (RPD), Alexandr Zajárchenko.

La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, ha argumentado este viernes que las pistas del atentado del líder independentista señalan al Gobierno de Ucrania, que ya había utilizado métodos similares para deshacerse de disidentes.

La funcionaria rusa ha ido más allá y ha acusado al Ejecutivo ucraniano de apostar por “el guión del terrorismo, en lugar de cumplir con los acuerdos de Minsk (para la paz en el este de Ucrania) y buscar las vías de solución al conflicto”.

A continuación, ha llamado a la comunidad internacional a exigir y supervisar que se lleve a cabo una investigación imparcial de este crimen.

Confirmamos esta información, pero los servicios especiales ucranianos no tienen nada que ver con ello”, ha declarado la portavoz del Servicio de Seguridad de Ucrania, Elena Guitlianskaya, en alusión a la muerte de líder independentista de Donetsk.

 

Por su parte, el presidente del parlamento de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Denis Pushilin, ha afirmado que el ataque es una nueva agresión de Ucrania.

Por su parte, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU, por sus siglas en ucraniano) negó cualquier responsabilidad en el ataque de este viernes.

“Confirmamos esta información, pero los servicios especiales ucranianos no tienen nada que ver con ello”, ha declaró la portavoz del SBU, Elena Guitlianskaya, citada por la agencia ucraniana de noticias UNN.

En el año 2014, las regiones orientales de Ucrania —sobre todo, Lugansk y Donetsk—, fueron el escenario de conflictos entre las fuerzas de Kiev y los independentistas opositores.

En base a las estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las hostilidades en Ucrania cobraron la vida de unas 8000 personas, además de dejar 1,3 millones de desplazados internos.

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