“No podemos depender del estado de ánimo en el que alguien se despierta en el otro lado del océano, y lo que entra en la cabeza de una persona determinada por la mañana. Nosotros no podemos asumir los riesgos de esto”, ha declarado este viernes Dvorkovich durante un foro económico en Krasnoyarsk.
El funcionario ruso, citado por la agencia estatal de noticias RIA Novosti, ha argumentado que cualquier asociación requiere confianza y que sin ella es imposible avanzar. De este modo, se hace eco de las declaraciones del portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien dijo el jueves que Rusia no participa en la llamada ‘diplomacia de Twitter’.
Precisamente esta semana, los tuits ‘matutinos’ del presidente estadounidense han provocado un gran revuelo. En ellos ha amenazado (aunque luego se ha retractado un poco) con llevar a cabo una acción militar contra Siria, país aliado de Rusia, algo que, según los medios, asustó a los inversores y provocó la caída del rublo.
No podemos depender del estado de ánimo en el que alguien se despierta en el otro lado del océano, y lo que entra en la cabeza de una persona determinada por la mañana. Nosotros no podemos asumir los riesgos de esto”, ha declarado el vice primer ministro ruso, Arkady Dvorkovich.
Dvorkovich también se ha referido a las nuevas sanciones estadounidenses contra algunas entidades, individuos y funcionarios del Gobierno ruso y ha considerado que ahora habrá que ver si Europa decide unirse a estas restricciones o no. “Europa se unió a las sanciones anteriores, y qué, ¿ha ganado algo de esto? perdió mucho”, asegura.
Esta misma jornada, altos cargos del Parlamento ruso han desvelado algunas represalias que Rusia baraja en respuesta a la reciente batería de sanciones de EE.UU. El proyecto de ley trata de prohibir o restringir la importación de productos agrícolas, materias primas y alimentos provenientes de EE.UU. u otros países que avalan las medidas estadounidenses contra Rusia.
El pasado 6 de abril, EE.UU. extendió sus restricciones financieras a 38 individuos y entidades rusas. Bajo jurisdicción estadounidense, los activos de estas personas y empresas quedan embargados y las transacciones financieras con ellas, prohibidas.
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