Este 26 de julio se rememora el 33.º aniversario de la agresión perpetrada por los terroristas de Muyahidín Jalq (MKO, por sus siglas en inglés) contra las fuerzas y los civiles iraníes en la zona oeste del país persa.
En 1988, solo seis días después de que Irán aceptara la Resolución 598 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) para establecer un alto el fuego en la guerra de ocho años de Irak contra el país persa, las fuerzas iraquíes violaron el dictamen y volvieron a lanzar ataques contra las zonas sureñas de Irán para abrir paso a la penetración de los terroristas del MKO.
Unos 7000 miembros del Muyahidín Jalq dieron inicio, el 26 de julio de 1988, a una incursión militar a Irán desde las fronteras occidentales de este país, armados, equipados y apoyados por aire por el régimen iraquí del exdictador Sadam Husein.
El inimaginable calado de los crímenes del Muyahidín Jalq
Los terroristas arrasaron la ciudad iraní de Islamabad-e-Qarb, sita en la provincia de Kermanshah, y la convirtieron en un averno.
Conforme relatan testigos del lugar, cometieron contra la población civil actos atroces, como el ahorcar a miembros heridos de la Fuerza de la Resistencia Popular de Irán (Basich) y las fuerzas del Ejército frente al principal hospital de la mencionada ciudad.
Además, asesinaron a un gran número de civiles que se habían negado a cooperar con ellos. Es más, entraron al Hospital Imam Jomeini, en Islamabad-e-Qarb, y ejecutaron a todo el personal del centro, así como a los heridos. Incluso prendieron fuego a la sala donde se encontraban niños junto a sus madres.
Según destacó en su día, Husein Rezvan Madani, comandante de la 23.ª Brigada Independiente de Defensa Química de las Fuerzas Armadas de Irán, los miembros del MKO asesinaron incluso a los que cocían pan para las fuerzas iraníes.
Irán frustró toda conspiración terrorista y acudió en ayuda de la gente
Masud Rayavi, cabecilla de la agrupación terrorista, esperaba poner en marcha un movimiento para derrocar la República Islámica; sin embargo, Irán echó por tierra ese complot y emprendió la Operación Mersad, que lideró el entonces teniente general Ali Sayad Shirazi, un destacado comandante iraní de la época.
La Operación Mersad, que inició el 26 y finalizó el 30 de julio, fue el último operativo militar durante la contienda.
EE.UU. y Arabia Saudí, culpados de la sangre iraní derramada por el MKO
Las autoridades iraníes denuncian el apoyo armamentístico y financiero brindado por países como Estados Unidos y Arabia Saudí a las actividades desestabilizadoras de los terroristas del MKO.
El comandante de la 11.ª División del Amir al-Momenin de la provincia de Ilam (oeste) en la Operación Mersad, Mohamad Karami Rad, reveló en su día que, contando con amplios equipos y armas de ciertos países adversarios, el Muyahidín Jalq creían poder derrocar el Sistema de la República Islámica en un lapso de tiempo muy breve.
“Pudieron preparar a los [miembros del] Muyahidín Jalq, equipándoles y proporcionándoles bases y centros de entrenamiento, sumado a la estrecha supervisión del régimen baasista en Irak y las manos ocultas entre bambalinas de Israel, EE.UU., el Reino Unido, etc.”, dijo Karami Rad.
El MKO, asesino de 17 000 ciudadanos en los primeros años tras la victoria de la Revolución Islámica de Irán (1979), no está incluido en la lista de organizaciones terroristas de EE.UU., país que no deja de proclamar a los cuatro vientos que es el mayor defensor de los derechos humanos en el mundo.
Incluso, esos terroristas celebran libremente reuniones antiraníes en las principales capitales europeas.
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