Zam, capturado el año pasado por el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, ha sido ejecutado en la horca tras la confirmación de su sentencia por la Corte Suprema debido a la severidad de los crímenes perpetrados contra la República Islámica, según han informado los medios locales.
Él, que residía desde hacía unos años en Francia —desde donde administraba su sitio web difundiendo material engañoso para generar una guerra psicológica sin precedentes a fin de crear inseguridad y zozobra entre los iraníes— estaba bajo la dirección de los servicios de inteligencia de Francia y contaba con el respaldo de las agencias de espionaje de EE.UU. e Israel.
Todo ello tenía por meta, conducir a una parte de la sociedad a protagonizar disturbios callejeros que pudieran derivar en el ilusorio objetivo de derrocar el sistema de la República Islámica, establecida en 1979 luego de que triunfara la Revolución que puso fin a la dictadura del régimen prooccidental de Mohamadreza Pahlavi.
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