Mientras los sionistas anuncian medidas de desplazamiento masivo en Gaza, miles de civiles en el mundo se movilizan denunciando lo que organismos internacionales califican de un genocidio en curso.
Bajo un sudario blanco en el hospital Al-Ahli, yacen los cuerpos de una familia completa, víctimas de un nuevo bombardeo israelí en Yabalia, al sur de la Franja de Gaza, durante la madrugada del sábado. Según testigos, la mayoría eran mujeres y niños. En la misma madrugada, el ejército israelí anunció haber tomado el control del corredor Morag, una ruta estratégica que separa la ciudad de Rafah del resto del territorio gazatí.
Por otro lado, la ocupación israelí cruza nuevos límites al ordenar el desplazamiento forzado de civiles en Jan Yunis, incluyendo zonas previamente declaradas como seguras. Hamás, en reacción, responsabiliza a Netanyahu por el sufrimiento del pueblo gazatí.
Mientras la situación en la franja se deteriora, las calles de Daca, capital de Bangladés, se tiñeron de los colores palestinos durante una masiva "Marcha por Gaza" que congregó a aproximadamente 100 000 manifestantes.
Durante la protesta, los manifestantes exigen a los líderes musulmanes la ruptura de todo vínculo diplomático y económico con Israel. Las movilizaciones de este tipo, se han extendido por distintas ciudades del mundo, durante las últimas semanas, reflejando una creciente indignación global. Sin embargo, la comunidad internacional permanece dividida frente al conflicto.
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