• El presidente de EE.UU., Donald Trump (izda.), y el premier israelí, Benjamín Netanyahu, en la Casa Blanca, 28 de enero de 2020. (Foto: AFP)
Publicada: lunes, 22 de junio de 2020 21:51

Palestina asevera que el régimen de ocupación de Israel y Estados Unidos tienen dos opciones: o poner fin a la ocupación o afrontar la muerte.

El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, durante una protesta contra los intentos del régimen de ocupación de Tel Aviv para anexarse extensas partes de la ocupada Cisjordania, ha advertido de las consecuencias de este plan que lleva adelante el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, con el visto bueno del Gobierno de EE.UU., presidido por Donald Trump.

“Netanyahu y Trump, tienen dos opciones: la anexión y el camino a la muerte o el fin de la ocupación y el camino a la vida. No hay otra opción”, ha enfatizado Erekat durante la marcha celebrada este lunes en Ariha (Jericó).

Al mismo tiempo, el funcionario palestino ha recalcado que, hoy en día, Palestina goza del apoyo del mundo que le acompaña en “la batalla por la libertad, la dignidad y la justicia”.

Palestinos se manifiestan contra el plan israelí de anexionarse la ocupada Cisjordania en Ariha (Jericó), 22 de junio de 2020. (Foto: AFP)

 

“Hoy, el mundo vino a nosotros, nos habló y nos dijo que no estamos solos (…) Le dijeron a Netanyahu y a Trump que: ustedes están de un lado y que enfrentarse a ustedes es un derecho internacional”, ha subrayado Ereket.

Este mismo lunes, Erekat ha anunciado que Palestina presentará un proyecto de resolución en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) sobre el plan de anexión israelí que empezará a partir del próximo julio.

A su vez, el Movimiento de la Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) ha aseverado que hará frente con todas sus fuerzas la anexión israelí de Cisjordania, un proyecto que forma parte del llamado ‘acuerdo del siglo’ auspiciado por EE.UU.

Este acuerdo, presentado en enero por el inquilino de la Casa Blanca, otorga a los palestinos una autonomía limitada dentro de una patria discontinua, deja en manos de Israel el cotizado valle del Jordán y olvida la problemática de millones de refugiados palestinos deseosos de retornar a sus tierras.

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