“Estamos dispuestos a compartir nuestra experiencia y las informaciones procedentes de los servicios de inteligencia con los países árabes moderados para hacer frente a Irán”, ha sostenido este jueves el jefe del estado mayor de Israel, Gadi Eizenkot, en declaraciones al periódico saudí Elaph.
El militar de alto rango israelí también ha descrito a Irán como “la mayor amenaza para la región”, subrayando que los regímenes de Tel Aviv y Riad coinciden en esta percepción.
Luego de acusar “sin fundamento” a Teherán de intentar desestabilizar la región, el militar de alto rango del régimen israelí ha alegado que Irán suministra material bélico a los terroristas en Oriente Medio.
Entre las autoridades israelíes, la terminología de “terroristas” se refiere a los combatientes del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) que luchan contra diferentes bandas takfiríes, entre ellos EIIL (Daesh, en árabe) y el Frente Al-Nusra, en la región, tratando de restaurar la seguridad.
Mientras que tacha de “terroristas” a los combatientes de Hezbolá, el régimen de Tel Aviv, según el diario estadounidense The Wall Street Journal, ha estado proporcionando ayuda secreta a los terroristas cerca de los altos de Golán durante muchos años.
Estamos dispuestos a compartir nuestra experiencia y las informaciones procedentes de los servicios de inteligencia con los países árabes moderados para hacer frente a Irán”, dice el jefe del estado mayor de Israel, Gadi Eizenkot.
Los países árabes ribereños del Golfo Pérsico no mantienen prácticamente relaciones bilaterales y multilaterales con el régimen de Israel por no reconocerlo como Estado soberano, pero en los últimos años Israel ha mantenido vínculos secretos en ámbitos económicos con algunos Estados árabes bajo el pretexto de “enfrentarse a la amenaza iraní”. Arabia Saudí se encuentra entre ellos.
De acuerdo con los expertos, Israel ha impulsado en los últimos años el proverbio de que “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, tratando de reforzar sus relaciones con el mundo árabe y “dejar a un lado” la hostilidad histórica entre árabes e israelíes desde la ocupación de los territorios palestinos, y en este sentido, Irán —un país que ha neutralizado los complots israelíes en la región, en particular en Siria e Irak— es un buen pretexto para este acercamiento.
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