Publicada: jueves, 20 de febrero de 2025 10:12

El comandante de la Fuerza Aeroespacial del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán afirma que cualquier agresión desatará una respuesta feroz.

El general de brigada Amir Ali Hayizade, comandante de la Fuerza Aeroespacial del CGRI de Irán, aseguró el martes que Israel ha sufrido “una derrota estratégica e irreparable” en la región. En una entrevista televisiva, el alto mando iraní analizó los recientes acontecimientos en Asia Occidental y ofreció detalles inéditos sobre la operación Verdadera Promesa, una de las más significativas en la estrategia militar de Teherán.

Hayizade atribuyó la actual escalada a la operación Tormenta de Al-Aqsa, lanzada por Hamás en octubre de 2023. “Esta fase de transformaciones comenzó con la operación llevada a cabo por los combatientes palestinos. La región de Asia Occidental ha sido testigo de numerosos cambios a lo largo del tiempo, muchos de los cuales han sido el origen de importantes sucesos en el mundo”, afirmó. Según el comandante iraní, la ofensiva de Hamás supuso un punto de inflexión que desmoronó “la credibilidad militar, de inteligencia y de seguridad” de Israel. “Desde el primer día, los combatientes palestinos lograron infligir una derrota estratégica. Como dijo el Líder Supremo en los primeros días, esta es una derrota irreparable. Después de 17 meses, el mundo entero lo ha comprendido”, subrayó.

El militar cuestionó también la imagen de fortaleza que Israel ha intentado proyectar a lo largo de las décadas. “Desde su creación, el régimen sionista se ha basado en la opresión, la fuerza y la brutalidad. Ha invertido considerablemente en consolidar esa imagen. Sin embargo, la realidad ha demostrado que ha sufrido grandes fracasos en múltiples frentes”, sentenció. Al mismo tiempo, restó importancia a la posibilidad de represalias contra Irán. “Algunos dicen que si no negociamos, podrían atacarnos. Que nadie se preocupe, no pueden hacer absolutamente nada”, afirmó, tratando de disipar cualquier temor dentro del país ante una posible escalada del conflicto. “La gente no debe temer las amenazas, no va a ocurrir nada. Debemos movilizarnos todos para solucionar los problemas económicos”, añadió.

En este contexto, Hayizade anunció que la operación Verdadera Promesa 3 se llevará a cabo en breve, reforzando la postura de Teherán en su enfrentamiento con Israel. En abril de 2024, Irán lanzó su primer ataque masivo con drones y misiles contra territorio israelí en el marco de la operación Verdadera Promesa 1, en represalia por el bombardeo israelí contra su consulado en Damasco. Seis meses después, en octubre, intensificó su ofensiva con la operación Verdadera Promesa 2, centrada en el uso de misiles balísticos. Según medios estatales iraníes, que citaron fuentes del Cuerpo de Guardianes de Irán, cerca de 400 misiles fueron disparados contra objetivos militares en Tel Aviv y sus alrededores.

La escalada reflejó el endurecimiento de la postura iraní y su voluntad de responder de manera directa a los ataques israelíes en la región. Las declaraciones de Hayizade se enmarcan en una estrategia más amplia en la que Irán ha descartado cualquier negociación con Estados Unidos mientras persistan las condiciones de “máxima presión” impuestas por Washington. En este contexto, el anuncio de una tercera ofensiva no solo supone una advertencia directa a Israel, sino que también envía un mensaje político a la Casa Blanca y a los países de la región.

Con esta operación, Teherán busca disipar cualquier duda sobre la continuidad de su programa de misiles, especialmente tras el ataque israelí que, según algunas interpretaciones, podría haber afectado su capacidad de producción. No obstante, medios iraníes, citando a CNN, aseguran que la fabricación de misiles ha regresado a la normalidad tras los bombardeos del año pasado. Al mismo tiempo, la República Islámica refuerza su mensaje a Estados Unidos: ni la presión económica ni las amenazas militares alterarán su postura. Teherán insiste en que no se sentará a negociar bajo las condiciones impuestas por Washington y mantiene su estrategia de resistencia frente a las exigencias occidentales.

En este contexto, medios israelíes han trazado distintos escenarios sobre la evolución de las relaciones entre Washington y Teherán en los próximos meses. La posibilidad de una confrontación sigue sobre la mesa, aunque el desenlace es incierto. Uno de los escenarios que cobra fuerza es un choque entre Estados Unidos e Israel. Donald Trump percibe que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, intenta arrastrarlo a una confrontación innecesaria con Irán. Aunque el mandatario estadounidense mantiene su estrategia de presión sobre Teherán, no descarta una negociación para alcanzar un nuevo acuerdo nuclear.

Otra opción es una ofensiva conjunta. Washington y Tel Aviv podrían coordinar un ataque contra las instalaciones nucleares iraníes, precedido por un ultimátum de la Casa Blanca que exigiría el desmantelamiento total del programa nuclear de Teherán. También se contempla la posibilidad de un ataque unilateral de Israel con respaldo implícito de Estados Unidos. En este caso, Israel bombardearía las infraestructuras nucleares iraníes tras la negativa de Teherán a ceder ante la presión de Trump, con el visto bueno tácito de Washington.

Por último, Arabia Saudí podría asumir un papel mediador. Riad buscaría persuadir a Trump para ofrecer a Irán un acuerdo que garantice el desarme nuclear dentro de una estrategia diplomática alineada con los intereses de Estados Unidos.

Esta percepción de amenaza constante influye profundamente en la estrategia de seguridad de Irán, que busca prevenir riesgos para su integridad territorial y estabilidad nacional. En este marco, las declaraciones del comandante de la Fuerza Aeroespacial del CGRI deben interpretarse no solo como un mensaje de disuasión dirigido a sus adversarios, sino también como un intento de tranquilizar a la población iraní y a otros actores internacionales. Teherán pretende proyectar la imagen de un país con una estrategia de defensa sólida y preparado para responder a cualquier eventualidad, en un momento en que las tensiones regionales y las presiones externas siguen en aumento.