Según un informe del rotativo estadounidense The New York Times, Abdulá Ahmad Abdulá, conocido como Al-Masri, y registrado en la lista de los terroristas más buscados por el Buró Federal de Investigación (FBI) de Estados Unidos, murió en una operación del Mossad israelí en la ciudad de Teherán, capital del país persa. No obstante, las autoridades iraníes rechazan enérgicamente toda vinculación con los hechos.
El portavoz de la Cancillería de Irán, Said Jatibzade, dejó claro que los elementos de esa banda terrorista no tienen cabida en el territorito iraní. “Al-Qaeda es el resultado de las políticas erróneas adoptadas por Estados Unidos y sus aliados en la región de Asia Occidental, y para eludir la responsabilidad por las actividades criminales de ese grupo y otras bandas terroristas que operan en la zona, ellos tratan, de vez en cuando, de establecer un vínculo entre Irán y esos grupos mediante la falsificación y la filtración de información fabricada en los medios de comunicación”, precisó.
Por su parte, el viceministro de Relaciones Exteriores de Afganistán, Mirwais Nab, reveló que “Al-Masri fue asesinado por las fuerzas de seguridad afganas en el área de Andar de la provincia de Ghazni”. “El asesinato de Al-Masri en Afganistán muestra el compromiso del Gobierno de Kabul en la lucha contra el terrorismo”, añadió.
Abdulá era señalado como el autor intelectual de los atentados contra dos embajadas norteamericanas en África, que segó la vida de 224 personas en 1988. El medio estadounidense sostuvo que el presunto terrorista fue ultimado a petición de Estados Unidos.
De acuerdo con el reporte, al parecer, Estados Unidos no pudo lograr su objetivo, por lo que encargó al Mossad materializar la operación. ¡Y, simplemente, el Mossad consiguió fácilmente su objetivo deseado en Irán!
Aquí surgen varias preguntas: Israel y su Mossad no pudieron encontrar a Gilad Shalit, quien fue capturado por el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) en la asediada Franja de Gaza el 25 de junio de 2006. Entonces, ¿cómo el Mossad halló al citado miembro de Al-Qaeda en Irán, y luego lo mató?
Además, ¿qué estaba haciendo el peligroso líder de Al-Qaeda en Irán?, ¿y cómo permite Irán que los líderes de este grupo terrorista, creados por Estados Unidos y Arabia Saudí, estén presentes en su país?
¿No es que todos los grupos extremistas surgidos en Irak, Siria, El Líbano, Yemen y toda la región, como Daesh y otros grupos, nacen de Al-Qaeda?, ¿no fue el primer objetivo de estos grupos takfiríes golpear el eje de la Resistencia y desintegrar los países de la región para servir a “Israel”? Dejamos la respuesta a todas estas preguntas a los lectores.
Desde hace varias décadas, la experiencia de las naciones de la región acerca de los grupos terroristas, sobre todo desde 2011, es suficiente para probar la falsedad de las afirmaciones israelíes y sus medios de comunicación en Estados Unidos y los países occidentales.
Otra prueba para rechazar los alegatos israelíes es el apoyo que ofreció ese régimen a los terroristas de Al-Qaeda y Daesh que resultaron heridos en la guerra contra Siria. Israel asegura que esta asistencia se debió a “razones humanitarias”, aunque los sirios de los Altos del Golán consideran que se trató de una ayuda encubierta a los grupos armados y extremistas para prolongar el conflicto armado en Siria.
Y siempre que el Ejército sirio y sus aliados lograban éxitos contra los terroristas, el régimen sionista intervenía militarmente a favor de estas bandas.
Lo mismo ocurre con las agrupaciones extremistas, como Daesh en Irak, a los que Estados Unidos les envió vía aérea todo lo que necesitaban. Además, para asegurar su sobrevivencia, EE.UU. asesinó a los héroes de la lucha contra el terrorismo en Irak.
El pasado 3 de enero, Estados Unidos ultimó en un ataque en Bagdad, capital iraquí, al comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, Qasem Soleimani, y al subcomandante de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis.
Quien persiga la guerra contra el terrorismo en Irak, Siria, Yemen y toda la región solo concluirá que los grupos terroristas, independientemente de sus nombres, son solo una herramienta sucia en manos del triángulo malvado de los Estados Unidos, el régimen israelí y Arabia Saudí.
Y toda la propaganda mediática de este ominoso triángulo no puede cambiar la creencia de las naciones ante este hecho. La ridícula historia del periódico estadounidense, citando al Mossad israelí, sólo expresa su desesperación y miseria.
Por Mohsen Khalif Zade
