“La Policía de Berlín ha dispuesto un refuerzo de sus efectivos en los alrededores de la sede del Reichstag [principal edificio del Parlamento]”, ha anunciado el presidente del Bundestag, Wolfgang Schäuble, en una carta a los parlamentarios alemanes, recogida este domingo por el diario local Bild.
Schäuble ha pedido un informe al Ministerio alemán de Asuntos Exteriores sobre los incidentes del pasado miércoles en la sede del Congreso estadounidense para aclarar “las conclusiones que se deben extraer para asegurar la actividad del Parlamento”.
Este anuncio surge después de los recientes incidentes en Berlín (capital alemana), en los que un grupo de ultraderechistas trató de irrumpir en el Reichstag.
De hecho, el 29 de agosto de 2020, el edificio del Reichstag vivió escenas parecidas a las de EE.UU., cuando unos 200 ultraderechistas intentaron asaltar dicho edificio tras una marcha de más de 30 000 personas contra las restricciones impuestas por el Gobierno debido a la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.
Desde entonces, partidarios de la extrema derecha y aquellos que se oponen a las medidas sanitarias por la pandemia han realizado varias protestas en contra de las medidas adoptadas por la canciller alemana, Angela Merkel, y el ministro alemán de Salud, Jens Spahn.
En su día, Thomas Haldenwang, presidente de la Oficina para la Protección de la Constitución (BfV, por sus siglas en alemán), los servicios secretos del Interior de Alemania, alertó de una tendencia de que radicales, sobre todo radicales de extrema derecha, estén instrumentalizando las manifestaciones.
Igualmente, en EE.UU., una gran parte de los asaltantes del Capitolio pertenecían a grupos de ultraderecha y una gran mayoría eran seguidores del grupúsculo de conspiranoicos Qanon o Proud Boys, una corriente política formada por secciones paramilitares.
El saliente mandatario estadounidense, Donald Trump, es acusado de incitar a dicha violencia, pues llamó a anular el resultado de las elecciones en base a un supuesto “fraude generalizado” y pidió a sus partidarios que se concentrasen en Washington D.C. (capital estadounidense) el 6 de enero, alegando que ello constituía una oportunidad para que el Congreso revocase el resultado de los comicios.
tqi/anz/nkh/mjs