“A través de injerencias directas e indirectas, el Occidente está tratando de arrastrar a la región al caos y utiliza la lucha contra el terrorismo como un pretexto para rediseñar el mapa de Oriente Medio de acuerdo con sus propios objetivos e intereses. El contrato sobre los S-400 entre Rusia y Turquía es especialmente importante” en este contexto, ha dicho Abdulá Agar, experto en seguridad y exoficial de las Fuerzas Especiales de Turquía, durante una entrevista con la agencia rusa de noticias Sputnik, publicada este domingo.
Asimismo ha hecho hincapié en que la falta de sistemas avanzados de defensa aérea resultó en una serie de amenazas a la seguridad nacional de Turquía.
“Actualmente, existe una tendencia a desarrollar la cooperación entre Rusia y Turquía, en particular en los campos de seguridad y energía. Si este proceso se desarrolla en el futuro, podría dar lugar a un cambio significativo en la situación geopolítica mundial”, ha añadido Agar.
El contrato sobre la entrega de los sistemas rusos de defensa aérea S-400 a Turquía ya ha sido acordado, pero falta definir el préstamo que Moscú proporcionaría a Ankara para la adquisición de estas armas, según Vladimir Kozhin, asesor del presidente ruso (Vladimir Putin) para la cooperación militar.
Por otra parte Togrul Ismayil, experto de la Universidad de Economía y Tecnología TOBB, ha apuntado que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) ha mostrado preocupación por el acuerdo debido a que Washington quiere vender sus sistemas de defensa antimisiles Patriot a Ankara.
Durante los últimos años, los lazos entre Rusia y Turquía se han enfrentado a muchos altibajos. El asesinato del embajador ruso en Ankara (la capital turca) por un policía turco debería haber provocado otra ruptura en las relaciones de estos países, deterioradas a raíz del derribo de un avión militar ruso por cazas turcos en Siria en noviembre de 2015.
A través de injerencias directas e indirectas, el Occidente está tratando de arrastrar a la región al caos y utiliza la lucha contra el terrorismo como un pretexto para rediseñar el mapa de Oriente Medio de acuerdo con sus propios objetivos e intereses. El contrato sobre los S-400 entre Rusia y Turquía es especialmente importante”, dice Abdulá Agar, experto en seguridad de Turquía.
Sin embargo, antes del funeral del embajador Andrei Karlov no hubo ninguna maniobra política por parte de Moscú o Ankara y luego ambas partes hicieron todo lo posible para promover sus relaciones bilaterales.
Para el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, el asesino era, de hecho, un seguidor del líder opositor turco Fethulá Gülen, exiliado en EE.UU.
De acuerdo con los analistas, el caso de Gülen, acusado por parte de Ankara de estar detrás del golpe de Estado fallido del pasado 15 de julio, ha sido un factor clave en el deterioro de las relaciones entre Turquía y EE.UU. Ankara ha pedido en reiteradas ocasiones a Washington la detención del dirigente opositor turco, pero no ha recibido ninguna respuesta positiva.
alg/ncl/snz/hnb