Según la autoridad local, "la nueva base (que se está levantando) en Henoko no debería construirse" y el traslado no tiene sentido si hace sufrir a la población de Okinawa
Suga ha mantenido un encuentro con el gobernador de Okinawa, Takeshi Onaga, en el que ambas partes han reiterado sus encontradas posturas sobre la presencia de militares estadounidenses en la zona.
A juicio del representante de Tokio, la relocalización de la base militar estadounidense -del centro al norte de la isla principal de Okinawa- es "la única solución” teniendo en cuanto la necesidad de reducir los riesgos de accidentes, así como la alianza EE.UU.-Japón.
Por su parte Onaga, que llegó al poder el pasado diciembre, ha expresado su oposición a tal medida, aunque entiende la importancia de la alianza entre Estados Unidos y su país, al considerar que todo plan de seguridad nacional debe contar con el apoyo del pueblo nipón.
Según la autoridad local, "la nueva base (que se está levantando) en Henoko no debería construirse" y el traslado no tiene sentido si hace sufrir a la población de Okinawa.
La relocalización de la polémica base de Futenma a la zona de Henoko fue acordada en el año 1996 cuando Estados Unidos intentaba calmar la ira de la población local después de que un miliar estadounidense violara una estudiante escolar.
Sin embargo, la medida se enfrenta a la fuerte oposición de los políticos y la población local que piden el traslado de la nueva base a otra zona de Japón o afuera del país por su impacto acústico y medioambiental entre otras razones.
El pasado 23 de marzo, Onaga ordenó paralizar las obras relacionadas con el establecimiento de la base militar estadounidenses en la zona; un día después Tokio desestimó la orden y decidió continuar con los trabajos.
No obstante, Suga ha viajado a la región para intentar resolver la situación de cara al próximo viaje del primer ministro japonés, Shinzo Abe a Washington el 28 de abril que se centrará en profundizar lazos militares y comerciales.
nas/ctl/msf