El primer ministro en funciones de Irak, Adel Abdul-Mahdi, “ha enviado un mensaje al secretario de Defensa de Estados Unidos y ha expresado su rotunda oposición al ataque contra las posiciones de las Al-Hashad Al-Shabi”, ha informado el portavoz del premier, Abdul Karim Jalaf.
Este domingo, EE.UU. ha bombardeado varias posiciones de las Unidades de Movilización Popular de Irak (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) —que forman parte de las Fuerzas Armadas Iraquíes— en el distrito occidental de Al-Qaim, en la provincia de Al-Anbar, dejando varios muertos.
Según ha advertido Abdul-Mahdi, este ataque supone una “tensión peligrosa que amenaza la seguridad de Irak, así como la de la región entera”.
El premier iraquí además ha convocado a una reunión urgente de Gabinete de Seguridad Nacional iraquí para tomar las medidas necesarias en defensa de la soberanía del país, conforme ha reportado la televisión iraquí.
Por su parte, el presidente iraquí, Barham Salih, ha tachado de “inaceptable” el bombardeo estadounidense y asegura que Washington con esta medida ha violado los acuerdos bilaterales.
El ataque, del mimo modo, ha desatado la reacción de varios otros políticos iraquíes. El líder del Movimiento de Sabiduría Nacional de Irak, Seyed Amar al-Hakim, ha pedido al Gobierno y el Parlamento del país que adopten una “posición firme ante esta violación clara de la soberanía de Irak”.
A su vez, la comunidad de académicos de la República de Irak ha categorizado el ataque de EE.UU. de un “acto brutal que refleja el bullying” ejercido por el país norteamericano.
Las posiciones de las fuerzas populares iraquíes varias veces han sufrido ataques por parte de EE.UU., así como de parte del régimen de Israel.
Sin embargo, este domingo ha sido la primera vez que Washington ha reivindicado de forma oficial la autoridad de su ataque, alegando que su medida se ha adoptado “en respuesta a los reiterados ataques que realiza Kataeb Hezbolá contra las bases iraquíes que acogen a las fuerzas de la Operación Resolución Inherente (de EE.UU.)”.
El Gobierno estadounidense, presidido por Donald Trump, ha adoptado contra las fuerzas populares iraquíes una posición hostil —que incluye la imposición de sanciones— mientras estas han sido bastante activas en la lucha antiterrorista de Bagdad.
Efectivamente, en concreto las Al-Hashad Al-Shabi ha desempeñado precisamente un rol determinante en la lucha contra el terrorismo y la derrota de la banda ultraviolenta EIIL (Daesh, en árabe).
Las fuerzas populares iraquíes son duros críticos de la presencia de EE.UU. en el territorio de su país y han revelado en reiteradas ocasiones el papel desestabilizador del país norteamericano y en particular su apoyo a los terroristas.
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