Estos rostros no son oriundos de Honduras, sus rasgos los delatan, pero se sienten un hondureño más y viven con igual indignación las posiciones de su país natal y la bélica política exterior de los Estados Unidos.
Son representantes de organizaciones civiles y de iglesias de los Estados Unidos, que al darse cuenta de los muertos debido a la represión decidieron llegar Honduras para apoyar a la población.
Las horas de la noche también fueron utilizadas por esta delegación estadounidense para apersonarse a su embajada y exigir justicia por los más de 30 asesinados a manos de policías y asesinados hondureños.
Durante su presencia en el país fueron acosados por la policía y militares hondureños, y vigilados sus pasos en la capital, Tegucigalpa. Debido a su condena a la represión del Gobierno contra las protestas.
Las autoridades de la embajada de los Estados Unidos decidieron a recibirlos, pero bajo medidas de seguridad y sin abordar el tema de la política exterior bélica de los Estados Unidos.
Dassaev Aguilar, Tegucigalpa.
smd/hnb