Honduras amaneció militarizada para la toma de posesión de Hernández, pero el pueblo no mostró temor y salió a las calles en defensa de su democracia.
Varios kilómetros a la redonda del estadio nacional Tiburcio Carias Andino fueron cercados para evitar que la población llegara a protestar contra Hernández. Inmediatamente fueron gaseados por los militares y policías.
El centro de la capital, Tegucigalpa, se convirtió en el escenario de una batalla campal, los militares no hicieron distinción de nadie al momento de agredir a los protestantes.
Periodistas surgieron heridos en esta nueva movilización, al igual que se reportó la agresión contra Wilfredo Méndez, reconocido defensor de los Derechos Humanos en el país, quien hacía su trabajo durante la movilización.
A la toma de posesión de Hernández no asistió ningún presidente o jefe de Gobierno de países vecinos, su toma de posesión fue entre empleados y sus correligionarios.
Dassaev Aguilar, Tegucigalpa.
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